LA HABANA, 3 de mayo (apro).- En la capital cubana, las autoridades de la isla entregarán, para su administración y manejo privado, una amplia red de cafeterías-bares, donde acuden los ciudadanos cubanos; además, en cuatro provincias orientales autorizarán el establecimiento de quioscos de particulares para la venta de frutas y viandas.
La privatización de las cafeterías-bares, que cobran en pesos cubanos (el CUC es la moneda de divisa), se suma a otras decisiones “históricas” que ha puesto en marcha el gobierno de Raúl Castro Ruz: la entrega de tierras a particulares, la concesión de permisos de taxis y la entrega a barberos y peluqueras de salones de belleza. Entre mayo y junio dejará en manos de sus empleados las cafeterías-bares de toda la zona metropolitana.
La ola de privatizar pequeños establecimientos comerciales se realiza de forma experimental, según lo ha declarado el propio mandatario cubano, pero tiene como objetivo deshacerse de comercios no considerados prioritarios para la economía del país y que generan grandes pérdidas al gobierno comunista de la isla.
Es parte de la reubicación de más de un millón de trabajadores estatales improductivos, los cuales deberán ser enviados a sectores importantes de la economía, como la agricultura y la construcción.
La ministra de Trabajo y Seguridad Social, Margarita González Fernández, dio a conocer un dato que dejo fríos a dirigentes sindicales y funcionarios del gobierno. En un solo trimestre, el gobierno eroga 180 millones de pesos en sueldos sin respaldo productivo.
El secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), Salvador Valdés Mesa, reconoció en marzo pasado la necesidad de incrementar la productividad para recuperar y desarrollar la economía.
“Aunque haya a quien no le guste, a Cuba no le es posible continuar subsidiando a trabajadores que queden disponibles, por lo que la política será reorientarlos hacia otras labores”, adelantó en ese entonces el dirigente de la CTC en una reunión con trabajadores.
De acuerdo con Ariel Terreros, un especialista de la economía cubana, algunas modificaciones “prometen primicias en la forma de administrar la propiedad estatal en servicios a la población”.
Coincide en que es necesario realizar transformaciones en el modelo económico cubano, particularmente en la estrategia de inversión, en los esquemas descentralizados de financiamiento para sectores exportadores y en los sistemas salariales.
“Los cambios en el modelo económico cubano deben poner a raya un ineficiente sistema de dirección burocrático-administrativo, que centralizaba en exceso la toma de decisiones y, por tanto, tendía a diluir la responsabilidad de cada actor económico”, precisa.
El más reciente anunció de concesión a privados o “privatización a lo cubano” se anunció el pasado sábado 15. Cuba decidió dejar en manos de sus empleados unas mil barberías y salones de belleza que eran controlados y administrados por el Estado desde 1968, fecha en que el expresidente Fidel Castro nacionalizó y dejó en manos del gobierno todos los pequeños negocios.
El gobierno cubano calcula que los barberos, manicuristas y peluqueras podrán alquilar el espacio, pagar impuestos y contratar a trabajadores, pero también asumirán los gastos de servicio y decoración del local. Aquellos que no quieran participar en el nuevo modelo serán asignados a otros sectores o podrán jubilarse.
Los responsables de administrar cada negocio entregarán al Estado un promedio de mil pesos cubanos (unos 26 dólares), dependiendo de la provincia. Cobrarán los precios que el mercado esté dispuesto a pagar y esperan hacer buenos negocios en Cuba, donde un salario mensual ronda los 400 pesos cubanos, el equivalente a unos 11 euros.
Una de las primeras reformas anunciadas por el gobierno de Raúl Castro fue la entrega de tierras ociosas a particulares de la ciudad o el campo. El 10 de julio de 2008, casi cinco meses después de que fue nombrado presidente de los Consejos de Estado y de Ministros, Castro firmó el decreto 259, que entró en vigor en septiembre del mismo año, para iniciar el reparto de las tierras sin cultivar y que ascendían a unos 1.7 millones de hectáreas, según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE).
Quioscos agrícolas
Paralelamente a la reforma agraria instrumentada desde hace casi dos años, el gobierno de la isla está autorizando en las provincias orientales (Santiago de Cuba, Granma, Guantánamo y Holguín) la instalación de pequeños quioscos agrícolas para que productores privados vendan al público frutas y vegetales.
Dentro de las ciudades de las provincias orientales, a lo largo de la autopista que atraviesa la isla o en las carreteras que comunican a pequeños pueblos de la región, mujeres y hombres construyen sus quioscos y ofrecen guayabas, piñas, melones, ajo, cebollas, tomate, entre muchos productos más.
El gobierno cubano levantó la prohibición de las ventas privadas de alimentos, esperando con ello paliar el déficit de productos alimentarios que se registra en la isla y reducir la dependencia de las importaciones de alimentos que este año rebasarán los mil 800 millones de dólares.
A este boom de nuevos negocios privados también se suman los establecimientos de alimentos de las zonas urbanas en las provincias como Camaguey y Cienfuegos.
Cientos de vendedores con permiso oficial ofrecen en moneda nacional, en las calles o en pequeños establecimientos, pizzas, bocaditos (tortas), carne de cerdo, arroz, frijoles, ensalada de verduras, refrescos caseros, café, pan y, en algunos casos, tamales hechos en casa.
Para el especialista en economía cubana, Ariel Terreros, los cambios autorizados tienden a ampliar la oferta de bienes y servicios en moneda nacional, con la que el gobierno paga los salarios estatales, con vistas a alcanzar una transición gradual hacia la eliminación de la doble moneda.
“Con bloqueo o sin bloqueo, con crisis o sin crisis, en mucho dependerá de la actitud y la acción de cada persona, de cada colectivo laboral, la capacidad para encontrar salidas y llegar a la meta en esta permanente carrera de obstáculos que es la vida”, asegura.
Las modificaciones anunciadas, como enderezar la dualidad monetaria, y otras ya comenzadas, como los ajustes en la política de subsidios, tomarán un largo tiempo.
fuente, vìa:
http://www.proceso.com.mx/rv/modHome/detalleExclusiva/78970
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