Una significativa victoria lograron los trabajadores de la
construcción que están edificando el nuevo hospital de Rancagua. Luego
de un mes de diálogo infructuoso con la empresa compuesta por las
constructoras Echeverría Izquierdo, Comsa (capitales hispanos) y Oas
(transnacional brasileña), los obreros votaron la huelga el 30 de abril y
la hicieron efectiva el 3 de mayo. Una semana duró la paralización de
faenas y los 400 trabajadores en lucha obtuvieron importantes demandas.
El mega proyecto hospitalario de la VI Región tiene un valor total de
67 mil millones de pesos. Como las labores llevan tres meses, para no
aceptar el convenio con los obreros, la patronal esgrimió el artículo
308 del Código Laboral que afirma que los trabajadores no pueden
negociar colectivamente sino tienen menos de un año de permanencia en la
obra. Asimismo, los empleadores arguyeron que no era legal negociar con
un sindicato interempresa, ni con asalariados por faena. Sin embargo,
la organización y movilización dieron lo que la ley quita.
LO GANADO EN LA HUELGA
Las reivindicaciones laborales estaban asociadas a mejoras en materia
de seguridad e higiene. Los obreros corrían riesgo de vida. Los pilares
enfierrados que pesan toneladas eran sujetos apenas por sogas de nylon o
pita, en vez de cable acerado; y el ángulo de talud era tan pronunciado
que facilitaba peligrosos accidentes. Además los sueldos de los obreros
eran de miseria.
El Presidente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la
Construcción, Montaje y Afines (SINTEC), el joven dirigente Jorge
Hernández (24 años), señala que “gran parte de los jornaleros estaba
ganando el mínimo, mientras los carpinteros y albañiles llegaban apenas a
$ 240 mil pesos mensuales, muy por debajo de los sueldos del propio
mercado, esa palabrita con la que hacen gárgaras los empresarios”.
Finalmente, por la fuerza de los hechos y la convicción de los
trabajadores se obtuvo “que los jornaleros reciban hoy $ 220 mil pesos
como piso, más los bonos y el pago de las horas extraordinarias; y que
los carpinteros ganen $ 340 mil pesos al mes, como piso. También se
consiguieron aguinaldos, bonos de término de conflicto (entre $ 130 mil y
$ 150 mil pesos); y que las capacitaciones Sence sean administradas por
los propios obreros. La huelga resultó legítima y efectiva”.
HACIA LA NEGOCIACIÓN POR ACTIVIDAD ECONÓMICA
El dirigente del SINTEC informa que la situación de los trabajadores
de la construcción en el país es precaria y que se ha agravado con la
crisis económica en curso, el gobierno de la derecha tradicional y los
efectos del terremoto-maremoto.
”El empresariado está manteniendo y aumentando sus tasas de ganancia,
metiendo la mano al bolsillo de los trabajadores”, dice Jorge
Hernández.
Para el dirigente sindical, “nuestro objetivo es construir un
sindicalismo por rama de producción o servicio, en vez de por empresa.
Así tenemos más fuerza.”
En el último tiempo, el SINTEC ya ha negociado con éxito en la
empresa Atrio –fabricante de baldosas-, y en la obra del edificio
Gabriela Mistral, ex Diego Portales y ex UNCTAD (sede de la Tercera
Conferencia Mundial de Desarrollo y Comercio de las Naciones Unidas en
1972). “Allí Salvador Allende hizo una promesa a los trabajadores en
orden a mejorar sus condiciones de trabajo y salario” -explica
Hernández- “y ahora hay obreros en la construcción del Gabriela Mistral
que también participaron en la edificación de la UNCTAD.”
LAS CONDICIONES DEL OBRERO
Según Jorge Hernández, los 600 mil trabajadores de la construcción
que hay en el país “salen a ganarse el pan, no más. No tienen
vacaciones. Las tasas de accidentabilidad hablan de que cada tres
semanas muere un obrero en la pega. No tienen seguridad social. Lo
acumulado en las AFP’s no alcanza para una jubilación digna: por eso hay
viejos de 70 años todavía en las obras. Muchos son desempleados de
otros rubros (es típico que cuando cae la industria manufacturera, la
gente parte a la construcción). Son pobladores, trabajadores pobres, y
en la zona centro-sur son parte de los pueblos originarios.”
-¿Cómo ve la sociedad chilena al obrero de la construcción?
“Por un lado, con una simpatía casi folclórica. Y por otro, muy mal:
como si fuera el peor empleo posible.”
LA FUERZA DE LOS PATRONES Y LA ESTRATEGIA OBRERA
“Con el tema de la reconstrucción por el terremoto hay más puestos de
trabajo, efectivamente. El problema son las condiciones de ese trabajo
–señala Hernández- Y nosotros estimamos que las políticas actuales del
gobierno sólo están beneficiando a los empresarios. Debería aplicarse un
impuesto importante al cobre en vez de que el país siga endeudado.”
La contraparte de los trabajadores del sector es poderosa. “ La
Cámara Chilena de la Construcción tiene la AFP Habitat ; la Caja de
Compensación Los Andes; la Mutual de Seguridad; las isapres Consalud y
Megasalud; la Corporación Médica de los Trabajadores (metro estación
Padre Hurtado). Todo eso también lo han hecho con el trabajo nuestro.
Sin embargo, no tenemos ningún beneficio social”, indica Hernández.
El dirigente dice que “las armas del empresariado son la
fragmentación de los trabajadores. Por eso hay que fusionarse con otras
organizaciones”.
-¿Y cuál es la agenda que están llevando adelante?
“Estamos planteando una negociación con el Ministerio de Obras
Públicas, y creemos, incluso, que debería hacerse con todos los
departamentos de arquitectura de los ministerios. Nuestro horizonte está
en el Convenio Nacional de Trabajadores de la Construcción de 1972:
tarifado, sueldos piso que funcionaban en todo Chile. Hoy, por ser un
oficio de alto riesgo, y según los estándares internacionales, el pago
no debería estar por debajo de los tres ingresos o salarios mínimos; es
decir, $ 495 mil pesos mensuales para un jornalero.”
Sobre las centrales sindicales existentes, Hernández opina que “no
son representativas de los trabajadores. La CUT está levantando demandas
que mantuvo calladas durante los 20 años de la Concertación. Ahora
bien; si no nos organizamos por actividad económica, estamos perdidos.
Además, el sueldo mínimo no puede ser inferior a $ 400 mil peso, y la
indemnización por años de servicio deber ser sin tope”. El SINTEC
publica el periódico El Andamio (que honra la memoria de la Unión de
Resistencia de Estucadores), y para tomar contacto con el sindicato hay
que escribir al correo electrónico sintec.construccion@gmail.com,
o ir directamente a la calle San Francisco 51, a metros de la Alameda ,
en Santiago de Chile.
Mayo 2010
vìa, fuente:
http://www.lahaine.org/index.php?p=45765
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