Por su parte, el gubernamental Instituto Nacional de
Estadísticas, INE, en su último informe comunica que “Del total de
población del país (17.031.440 personas), la población en edad de
trabajar (15 años y más) se estima en 13.198.890 personas, de las cuales
7.613.820 forman parte de la fuerza de trabajo en un sentido estricto.
Adicionalmente se identifican 1.099.940 inactivos potencialmente activos
y 87.860 iniciadores de alguna actividad productiva futura, mientras
que 4.397.280 son personas inactivas de manera más habitual”. Ahora
bien, el INE cuenta como empleadas a “Aquellas personas que hayan
realizado algún trabajo durante la semana de referencia, de al menos 1
hora de duración y hayan percibido al momento o posteriormente algún
tipo de pago (dinero o especies)”. Con ese criterio es entendible que
esa institución estatal hable de un 9 % de cesantía a nivel nacional en
el primer trimestre del año, enterrando sus cifras y metodología en la
fosa de las cosas inútiles para comprender la vida real.
En
otro sentido, esta vez el estudio de la Universidad de Chile, señala
que los principales problemas que advierte la ciudadanía corresponden a
la seguridad, “la falta de empleo”, y los efectos de la catástrofe
sísmica (que continúa con sus réplicas). Resulta evidente que existe una
relación sistémica entre la percepción de la preocupación sobre la
delincuencia y el miedo a perder el trabajo. Más allá, de la propaganda
programada por todos los medios de que dispone el poder con objetivos de
control social e inmovilismo a toda escala, la delincuencia, de tener
un aumento objetivo, se liga estructuralmente con la contracción de las
plazas de trabajo. Ello es histórico y socialmente vinculante con la
alta cesantía.
2. La patronal Sociedad de Fomento
Fabril (SOFOFA) informó una caída productiva de un 19,4 % en marzo,
respecto del mismo mes de 2009. Es la peor baja industrial desde julio
de 1982, cuando se desplomó un 20,5 %, en el marco de la recesión
económica que creó las condiciones para la ampliación de la protesta
social en plena dictadura pinochetista. El presidente de la SOFOFA ,
Andrés Concha, indicó que “La producción industrial es hoy un 25 % más
baja que el 2008” . Asimismo, Concha afirmó que, según los números, el
Indicador Mensual de Actividad Económica (Imacec) será de -4 % en marzo.
En Chile, la industria corresponde a, más o menos, el 16 % del Producto
Interno Bruto (PIB). En este sentido, el economista jefe de Banchile,
Rodrigo Aravena, dijo que la debacle del Imacec “Implica que entre la
crisis subprime y el terremoto se habría deshecho todo el crecimiento
acumulado desde 2007 en adelante.”
Pese a lo
anterior, la industria financiera registró un 53 % de crecimiento de sus
utilidades el primer trimestre de 2010 en relación al trimestre
anterior; mientras el retail creció casi un 40 %. Es decir, la industria
del crédito para personas y empresas amplificó sus ganancias a expensas
de un aumento del endeudamiento y sus intereses.
3.
En otro ámbito, de acuerdo al informe de Aduanas, las exportaciones
chilenas a China alcanzaron los 4.008 millones de dólares el primer
trimestre de 2010. Las cifras comparadas con el mismo período del año
pasado hablan de un aumento de un 98 %. Los envíos a Estados Unidos
cayeron un 14 %, quedando como el segundo país, luego del gigante
asiático, en el plano exportador. Mientras el 65 % de los productos
egresados de Chile corresponden a cobre y derivados, los embarques de
uva se hundieron un 31 % en relación al primer trimestre de 2009 debido a
las prácticas proteccionistas de esa industria en Estados Unidos.
4. La administración Piñera presentó los detalles de su
agenda “corta” en materia laboral. Se trata de una Bolsa Nacional del
Empleo que será organizada por la página www.trabajando.com, que ganó la
licitación y que comenzará a funcionar en septiembre del presente año.
Se continuará con las políticas de capacitación -inauguradas por la
Concertación el 2009- que ofrecerán las empresas, subsidiadas por el
Estado por medio de franquicias. Es así que los empresarios que adopten
los cursos podrán descontar de los salarios de los propios trabajadores
un 1, 25 % anual. Finalmente, con fines eminentemente ideológicos, el
gobierno impulsará escuelas sindicales. En rigor, la bolsa de trabajo
vía Internet no garantiza empleo y se agrega al listado de páginas de
búsqueda y ofertas laborales que ya existen hace años, cuya utilidad no
es distinta que el avisaje convencional de los periódicos. Las
capacitaciones las pagarán los propios trabajadores dos veces: una a
través del subsidio estatal (es decir con recursos de los impuestos de
todos los chilenos), y otra mediante el descuento directo a sus propias
remuneraciones. Y las escuelas sindicales se reducirán a exposiciones
tendientes a la domesticación de la organización de los asalariados y su
subordinación al capital.
5. La política, por
arriba, ha estado marcada por los tira y afloja del Plan de
Reconstrucción de Piñera para enfrentar las consecuencias trágicas del
terremoto. La Concertación aprobó la insuficiente e inofensiva Ley de
Donaciones de la derecha histórica y el impuesto al tabaco, pero se
resiste a dar su visto bueno al aumento “de macetero” de los impuestos
al gran capital, que, en rigor, serán retornados a través de beneficios
tributarios. Asimismo, mientras los asesores de Piñera cabildean la
posibilidad de aumentar el royalty a las empresas privadas del cobre
entre un 5 % a un 8 % de manera voluntaria (!) y según rangos de
utilidades; el gobierno de Australia estudia la aplicación de un
impuesto de un 40 % a las ganancias de las compañías de recursos
naturales, entre ellas, las mineras. De hecho, la gigante BHP, que
también tiene fuerte presencia en Chile, considera que los impuestos
sobre sus operaciones en el país de Oceanía se incrementarán de un 43 % a
un 57 %.
fuente, vìa:
http://www.argenpress.info/2010/05/chile-el-descredito-popular-de-pinera-y.html
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