martes, 2 de marzo de 2010

Una ciudad devastada cuenta a sus muertos en medio del caos martes, 02 de marzo de 2010 . Constituciòn


Una ciudad devastada cuenta a sus muertos en medio del caos
martes, 02 de marzo de 2010
 
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En Los Gringos, Los Patos y Las Termópilas, parte del sector costero de Constitución, el panorama es desolador. De la costanera, donde antes del terremoto había cabañas de veraneo y hoteles, ya no queda prácticamente nada, sólo escombros. Por este lugar transitan pobladores que ayer se agolpaban buscando cualquier cosa para suplir sus necesidades. En este sector funcionaba la Costamarina, una popular discoteca de la cual queda muy poco y desde donde muchos han sacado bebidas e incluso licores. "Acá la sed es muy grande, por lo que la gente partió de inmediato a la disco para sacar Coca-Cola para tomar", cuenta un testigo.
Macarena Orellana estaba en esa disco cuando el terremoto azotó a Constitución, que hasta anoche se mantenía sin luz ni agua. "Bailábamos reggaetón cuando comenzó a temblar. Nos escapamos como pudimos al cerro, desde donde vimos el tsunami", dijo la mujer. Unos metros más allá, Xenua Muñoz recorre lo poco que quedó del restaurante de su madre. Ambas mujeres se escaparon a un cerro, "porque sabíamos que podía venir un tsunami". Sin embargo, no hubo ninguna alerta oficial. Hasta anoche, centenares de personas permanecían en las laderas de los cerros, en improvisadas carpas y tiendas de campaña.
El panorama es igual de desalentador en el centro de la ciudad. El supermercado mayorista Super 10 fue saqueado, en una acción idéntica a lo ocurrido en Concepción. Pero en este caso se llevaron hasta las máquinas para cortar jamón. Tras el hecho, un grupo quemó el lugar. En el sector donde se une la playa con el río, en la calle Freire, hay más destrucción. Ahí, el mar subió a través del río por la Avenida Bulnes, luego por las calles, arrasando con todo a su paso. "Estábamos durmiendo y sentimos el temblor fuerte. Nos vestimos y salimos en pijama. Gracias a Dios que reaccionamos rápido, porque 10 minutos después llegó el tsunami", contó Clara Opazo.
En esta zona, el lugar más crítico es el terminal de buses, donde los vecinos miraban asombrados un barco que quedó justo en medio de una plaza. No muy lejos de ahí, el olor de los cadáveres se sentía en varias cuadras a la redonda. En ese sentido, las autoridades temían una emergencia sanitaria si los cuerpos y escombros no son removidos. Ni siquiera las funerarias se salvaron del desastre. De hecho, en una calle del centro se divisaban ataúdes en el piso y una funeraria arrasada por el agua. En un momento hubo tantos cadáveres en la playa, que tuvieron que dejarlos ahí, ya que el gimnasio estaba colapsado. Hasta ayer había 353 fallecidos.
Según el teniente Hernán Casas-Cordero, gracias al arribo de bolsas herméticas entregadas por el Servicio Médico Legal se ha podido contener el fuerte olor en el lugar.
"Con la llegada de los rescatistas de otros lugares se han encontrado más cuerpos", dijo, ante la atenta mirada de familiares de las víctimas agolpadas en las afueras de la morgue improvisada.
fuente, vìa:
http://www.radiocoquimbo.cl/index.php?option=com_content&task=view&id=3243&Itemid=10

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