La presidenta chilena Michelle Bachelet ordenó el domingo el despliegue de 10.000 soldados en regiones de Maule y Biobío, declaradas en “estado de excepción”, para ayudar a distribuir la ayuda, pero también para contener la ola de saqueos de supermercados protagonizada por los supervivientes del sismo.
El terremoto de 8,8 en la escala de Richter que sacudió el sábado la zona centro y sur de Chile dejó al menos 711 muertos, la destrucción de 1,5 millones de viviendas y dos millones de damnificados, según el último balance suministrado por la propia presidenta. La mandataria advirtió sin embargo, que la cifra de víctimas fatales debería aumentar.
“Hay un número creciente de personas desaparecidas" y "tengo la certeza de que estos números van a seguir creciendo", advirtió Bachelet.
Al menos 541 muertos se concentran en la región del Maule, unos 300 Km. al sur de Santiago, precisó Bachelet.
En Concepción, capital de Biobío y segunda ciudad de Chile, sus 670.000 habitantes carecen de electricidad y agua potable, tras ser duramente castigada por el sismo y los tsunamis que demolieron casas y derrumbaron puentes.
“Es para mis hijos”
Tras la destrucción, el epicentro del terremoto se convirtió el domingo en el teatro de saqueos. Centenares de personas violentaron varios supermercados en busca de alimentos y productos de primera necesidad.
"Esto es para mis hijos, es la única forma que tengo de alimentarlos", decía un hombre con los ojos llorosos explicando su empeño en romper una puerta metálica para ingresar a un supermercado.
"No es robo, es desespero", aseguraba una mujer de unos 30 años a la salida del supermercado Líder, en el centro de Concepción, mientras se observaba a personas corriendo con cajas de leches y otras mercaderías en sus manos, como lavadoras y televisores de plasma.
Ante esta escenario, Bachelet también señaló que en dos regiones del sur -Biobío y Maule- se declaró el "estado de excepción de catástrofe" por 30 días con lo cual se busca "garantizar el orden público y acelerar la entrega de ayuda".
En la práctica eso otorga funciones adicionales a los militares para tomar el control del orden público. Entre las medidas, los militares y las autoridades locales decretaron el toque de queda en Concepción, 500 Km. al sur de Santiago.
Por su parte, el presidente electo, Sebastián Piñera, atribuyó esta situación a la trágica situación desencadenada por el terremoto. "Cuando tenemos un catástrofe de esta magnitud, sin agua ni luz, la población con razón está angustiada y se está perdiendo el sentido del orden público".
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Escombros en Dichato, epicentro del terremoto.
©Reuters
En otras ciudades costeras, el panorama no era menos dramático. Tanto en Talcahuano (puerto adyacente a Concepción) como en las cercanas Dichato y Constitución, embarcaciones fueron lanzadas tierra adentro por la fuerza de la marejada.
El Gobierno admitió por otro lado que la Armada Chilena había incurrido en un error de diagnóstico y no alertó a tiempo sobre un maremoto que destruyó decenas de pueblos costeros.
Mientras tanto, la capital chilena retornaba lentamente a la normalidad. En Santiago, el aeropuerto internacional seguía cerrado dados los destrozos de su terminal de pasajeros, aunque este domingo ya recibió al menos dos vuelos internacionales, según reportó la televisión chilena.
En el plano económico, las primeras evaluaciones estiman que el quinto sismo más fuerte de que se tenga registro desde 1900, le costará a Chile hasta 30.000 millones de dólares, el equivalente del 15% del Producto Interior Bruto chileno, según la firma Eqecat, especializada en estimaciones de riesgo.
Fuente: RFI
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