El politólogo José Antonio Crespo nos revela —en entrevista— seis episodios engañosos de la historia oficial de México que actualmente se imparten en las escuelas de educación básica del país, en su más reciente libro titulado Contra la historia oficial, el cual contiene más de 20 historias que han sido deformadas y presentadas como únicas a los estudiantes.
¿Benito Juárez acusado de cometer fraude electoral?, eso es una calumnia o difamación, cualquiera pensaría. Rendirle homenaje a Santa Anna porque evitó de manera definitiva la reconquista española no parecería creíble porque siempre se nos ha dicho que regaló la mitad del territorio mexicano a Estados Unidos. Que el emperador Maximiliano de Habsburgo fue defensor de los indígenas aún más que el propio Benito Juárez, ni pensarlo.
Pero no, estas no son invenciones, sino parte de los episodios que la historia oficial, hecha por el PRI, ha deformado y omitido en la educación básica impartida durante años en las escuelas de México y que antes que fomentar la democracia y el diálogo, exalta la violencia, la intolerancia al enemigo hasta llegar a su aniquilación.
“Siempre dioses o demonios. Episodios mutilados o cuentos de hadas, de héroes inmaculados casi Mesías y de algunos villanos que no merecen el perdón”, afirma Crespo, a quien le llevó más de 20 años de trabajo intermitente escribir este libro.
El autor abarca hechos y personajes desde la conquista de México hasta la Revolución Mexicana, donde se desmitifica a la Malinche, de la que todos se acuerdan por su traición pero de la que nadie sabe que luego de la conquista era reconocida por su labor social tanto con los españoles y los indígenas.
La mayor deformación para Crespo es la que se vierte cuando se explica en los libros de texto que los españoles “nos conquistaron”, siendo que lo correcto debería ser que conquistaron a los indígenas y que hoy la sociedad mexicana está conformada por esta mezcla. Pero no, siempre está la negación del padre, en este caso de la conquista española.
Señala que Santa Anna debería ser reconocido por vender en condiciones favorables a Estados Unidos la mitad del territorio a través del Tratado de La Mesilla, pero también por haber triunfado militarmente frente a los españoles en un intento de reconquista de México el 11 de septiembre de 1829.
Nadie conoce tampoco el trabajo que Maximiliano de Habsburgo hizo en favor de los indígenas asignando un presupuesto importante en favor de su desarrollo social, y simplemente se le ha calificado como el extranjero que trajo el afrancesamiento a la cultura mexicana.
A Benito Juárez por ejemplo, dice que debe reconocérsele por su avance en el laicismo de México, pero sin omitir que cometió fraude electoral para llegar a ser presidente y que de vivir más tiempo podría haberse eternizado en el poder como lo hizo don Porfirio Díaz.
Y más allá de dictador, a Díaz debe recordársele por su integridad, valor, arrojo y honestidad, pues durante la guerra de Reforma se mostró como un oficial sumamente activo e incluso devolvía el dinero que le sobraba a Juárez.
Crespo considera que la historia debe volverse a contar no sólo en los libros de texto sino en los mensajes de gobierno, creando una cultura crítica y de rendición de cuentas, donde la celebración del bicentenario de la Independencia tendría que ser un pretexto para ello.
El libro se publica bajo el sello Debate, de Random House Mondadori.
fuentes:
http://www.eluniversal.com.mx/sociedad/2103.html
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