sábado, 20 de marzo de 2010

Chile: Según el director científico del Centro Sismológico Nacional Sergio Barrientos continuarán los terremotos

La característica más importante del terremoto del 27 de febrero en Chile fue su magnitud de 8,8 grados, lo que provocó que su rango de afectación fuera de entre 400 y 450 kilómetros, afirmó el director científico del Centro Sismológico Nacional, Sergio Barrientos.

El sismólogo dijo que "nos faltan muchos análisis para terminar los estudios del reciente terremoto, pero la información preliminar nos indica que el de 1960 fue mucho mayor que el de hace dos semanas".

Explicó que el sismo de aquel año en la sureña ciudad de Valdivia, "ocurrió en dos etapas, primero uno que fue el precursor el 21 de mayo con 8 grados y al día siguiente, a las tres de la tarde, sucedió el de 9,5 grados. El área de ruptura de estos dos terremotos tuvo unos 1.000 kilómetros.

Barrientos auguró que la situación sísmica proseguirá no sólo en su país y la región sudamericana, sino también en el resto del mundo.

"A Chile, como a toda la costa del Pacífico en Sudamérica, desde Colombia por el norte, incluyendo a Ecuador y Perú, le corresponde el mismo borde de placas de Nasca y Sudamericana, con la misma situación tectónica", precisó.

Aseguró que el terremoto que ocurrió del 27 de febrero pasado corresponde a "un terremoto de contacto, que sucede en el contacto entre la placa de Nasca y la placa Sudamericana", siendo el quinto mayor del mundo.

Agregó que la placa de Nasca penetró por debajo de la placa Sudamericana, produciéndose una ruptura del orden de más de 400 kilómetros de longitud por unos 150 kilómetros de ancho, y abarca toda la región comprendida entre las ciudades de Pichilemu, por el norte, y Concepción en el sur.

Es una zona donde no habían ocurrido terremotos en los últimos años, "por lo que nosotros evaluábamos que era un sitio maduro para ocurrir un sismo algo menor y no tan grande como de 8,8 grados en la escala de Richter, como sucedió".

"El terremoto se activó en esa falla y se produjeron deslizamientos, que provocaron movimientos verticales en el fondo oceánico, que son los que causaron el tsunami posterior, que se propagó hacia las costas de Chile", añadió.

A su juicio, en el país, "las únicas zonas que descartaría se produjera un terremoto en un futuro cercano, digamos 10 ó 20 años, corresponden a los escenarios del sismo de 1960 y el de hace dos semanas; el centro de Chile, donde se registró uno fuerte en 1985; y el norte, donde se dio otro en 1995".

En el resto del país hay amplias posibilidades de tener terremotos en el futuro mediato, es decir, 20 ó 30 años más. "Los terremotos van a seguir ocurriendo en todo Chile, tanto en el norte como en el sur", indicó.

Comentó que "los terremotos ocurren permanentemente en el mundo, algunos son sólo sensibles a los instrumentos de medición, poniendo como ejemplo la zona central de Chile, donde se registran unos 30 terremotos diarios, que son detectados por sismógrafos.

Comparó el último sismo de Chile con el de Haití, del pasado 12 de enero, señalando que la diferencia principal está en la profundidad donde se produjeron.

"El terremoto de Haití ocurre en una falla de rumbo, que es una falla vertical, cuya área de ruptura corresponde a unos 40 ó 50 kilómetros de longitud por unos 20 kilómetros de profundidad y un desplazamiento del orden de dos metros. Eso corresponde a una magnitud de 7,2 grados", aclaró.

Dijo que los terremotos se producen en Chile a mayor profundidad debajo de las ciudades, a unos 50 ó 60 kilómetros, y en las costas a unos 30 kilómetros, "por lo tanto aquí hay mucho mayor desplazamiento que el registrado en Haití", lo que amortigua sus efectos negativos.

Apuntó que la falla del temblor haitiano ocurrió muy cerca de la superficie y, lamentablemente, muy cerca de la ciudad de Puerto Príncipe, lo que provocó el gran número de muertos, que sobrepasaron los 220.000. Aunque no hay cifras definitivas, en Chile la cifra de víctimas mortales rondaría las 700 personas.

"El hecho de que el sismo chileno tenga más profundidad hace que el daño en la superficie sea menor. Además, en Chile hay mayor preocupación por el problema sísmico porque tenemos terremotos importantes cada diez años en los últimos 400 años, como promedio, y en Haití se producen en un intervalo más largo".

Opinó que las réplicas asociadas al terremoto chileno se producirán por lo menos durante dos meses o más, pero las que se captan por los instrumentos pueden durar un año o más.

"Los temblores, incluso grandes, van a seguir ocurriendo, sobre todo en la parte sur del país", acotó.

Afirmó que tras cada terremoto, siempre hay modificaciones de las normas sísmicas de construcción. En el caso de este último, por haber registrado 8,8 grados, necesariamente hay que modificar dichas normas porque hay muchos edificios dañados.

Reconoció que el Centro Sismológico tuvo fallas para informar oportunamente a las autoridades y a todo el país el epicentro y las ciudades y localidades afectadas por el terreno, debido a que se cortó la electricidad y se interrumpieron las comunicaciones con las estaciones de medición sísmica.

Ello también causó problemas a las autoridades gubernamentales y a las fuerzas armadas, que estuvieron varias horas incomunicadas entre sí y con las zonas afectadas.

Barrientos informó que el centro cuenta con un programa de modernización de sus estaciones para que poseen generadores eléctricos propios y equipos de comunicación vía satélite, a fin de cumplir su misión de informar de inmediato sobre el epicentro de los sismos, y no depender de la red sísmica mundial de Estados Unidos.

fuente, vìa:
http://www.argenpress.info/2010/03/chile-segun-el-director-cientifico-del.html

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