Se debe juzgar la caza de ballenas, no a quienes demuestran su ilegalidad”, manifestó Milko Schvartzman, coordinador de la Campaña de Océanos de Greenpeace Argentina, “Demandamos a la justicia de Japón un juicio justo y limpio, tal como se lo piden las Naciones Unidas y toda la comunidad internacional”.
El Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas dictaminó que el gobierno nipón ha violado diversas leyes internacionales sobre derechos humanos, al enjuiciar a dos y reconoció que el accionar gubernamental es prueba de la existencia de corrupción.(1)
“Con esta protesta intentamos hacer llegar nuestra voz a los oídos del pueblo y el gobierno japonés, para exigir un juicio justo a nuestros activistas y la finalización del programa de caza científica de ballenas impulsado por el gobierno”, concluyó Schvartzman.
Cada año, la flota ballenera japonesa se interna en el Santuario Ballenero Antártico para cazar un promedio de 700 ballenas en el marco del programa de caza científica japonés, que contradice todos los tratados de protección de cetáceos, suscriptos por la mayoría de los países del mundo.
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