He oído lo que decían los charlatanes...
He oído lo que decían los charlatanes sobre el principio y el fin,
Pero yo no hablo del principio y del fin.
Jamás hubo otro principio que el de ahora,
ni más juventud o vejez que las de ahora,
Y nunca habrá otra perfección que la de ahora,
Ni más cielo o infierno que éstos de ahora.
Instinto, instinto, instinto.
Siempre el instinto procreando el mundo.
Surgen de la sombra los iguales, opuestos y complementarios, siempre sustancia y crecimiento, siempre sexo,
Siempre una red de identidades, siempre distinciones, siempre la vida fecundada.
De nada vale trabajar con primor; cultos e ignorantes lo saben.
Seguro como lo más seguro, enclavado con plomo en las columnas, abrazado al poste firme,
Fuerte como un caballo, afectuoso, soberbio, ecléctico,
Yo y este misterio aquí estamos frente a frente.
Limpia y tierna es mi alma, y limpio y tierno es todo lo que no es mi alma,
Si falta uno de los dos, ambos faltan, y lo visible es prueba de lo invisible,
Hasta que se vuelva invisible y haya de ser probado a su vez.
Cada época ha humillado a las otras enseñando lo mejor y desechando lo peor,
Y yo, como conozco la perfecta justeza y la eterna constancia de las cosas,
No discuto, me callo, y me voy a bañarme para admirar mi cuerpo.
Hermoso es cada uno de mis órganos y de mis atributos, y los de todo hombre bello y sano,
Ni una pulgada de mi cuerpo es despreciable, y ni una debe ser menos conocida que las otras.
Me siento satisfecho: miro, bailo, río, canto;
Cuando mi amante compañero de lecho, que ha dormido abrazado a mí toda la noche, se va con paso quedo al despuntar el alba,
Dejándome cestas cubiertas con lienzos blancos que llenan con su abundancia mi casa,
Yo las acepto con naturalidad,
¿pues habría de tasarlas hasta el último céntimo para conocer exactamente el valor de su regalo?
I have heard what the talkers were talking...
I have heard what the talkers were talking, the talk of the beginning and the end;
But I do not talk of the beginning or the end.
There was never any more inception than there is now,
Nor any more youth or age than there is now;
And will never be any more perfection than there is now,
Nor any more heaven or hell than there is now.
Urge, and urge, and urge;
Always the procreant urge of the world.
Out of the dimness opposite equals advance—always substance and increase, always sex;
Always a knit of identity—always distinction—always a breed of life.
To elaborate is no avail—learn’d and unlearn’d feel that it is so.
Sure as the most certain sure, plumb in the uprights, well entretied, braced in the beams,
Stout as a horse, affectionate, haughty, electrical,
I and this mystery, here we stand.
Clear and sweet is my Soul, and clear and sweet is all that is not my Soul.
Lack one lacks both, and the unseen is proved by the seen,
Till that becomes unseen, and receives proof in its turn.
Showing the best, and dividing it from the worst, age vexes age;
Knowing the perfect fitness and equanimity of things, while they discuss I am silent, and go bathe and admire myself.
Welcome is every organ and attribute of me, and of any man hearty and clean;
Not an inch, nor a particle of an inch, is vile, and none shall be less familiar than the rest.
I am satisfied—I see, dance, laugh, sing:
As the hugging and loving Bed-fellow sleeps at my side through the night, and withdraws at the peep of the day, with stealthy tread,
Leaving me baskets cover’d with white towels, swelling the house with their plenty,
Shall I postpone my acceptation and realization, and scream at my eyes,
That they turn from gazing after and down the road,
And forthwith cipher and show me a cent,
Exactly the contents of one, and exactly the contents of two, and which is ahead?
Walt Whitman (EEUU, 1819-1892)
fuente:
http://poemaseningles2.blogspot.com
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