Venezuela-Mundo: Después de Venezuela, ¿Cuba? .....Peter Kornbluh*



En noviembre pasado, pocos días después de las elecciones intermedias en Estados Unudos, el consejero nacional de Seguridad, John Bolton, viajó al bastión anticastrista de Miami para dar su discurso sobre la troika de la tiranía: un ataque retrógrado, estilo guerra fría, contra Cuba, Venezuela y Nicaragua. La troika se derrumbará, predijo Bolton con audacia. Sabemos que le aguarda el día de rendir cuentas. Estados Unidos espera ver caer cada esquina del triángulo: en La Habana, en Caracas, en Managua.

En su momento, pocos percibieron en el discurso algo más que un posicionamiento político para atraer el voto de la derecha en Florida. Visto en retrospectiva, en cambio, lo que hizo Bolton fue anunciar la determinación del gobierno de restaurar la hegemonía estadunidense en América Latina. Está claro que promover el mantra de Trump, Hacer grande a Estados Unidos otra vez (MAGA, por sus siglas en inglés), requiere ejercitar el músculo intervencionista en Venezuela y reafirmar la voluntad de Washington en la región.

Pero, mientras Estados Unidos suma esfuerzos para derrocar el gobierno del presidente Nicolás Maduro, presenciamos lo que el Miami Herald ha llamado la cubanización de la política hacia Venezuela. En una grave distorsión de la historia, funcionarios estadunidenses acusan al gobierno cubano de ser el verdadero imperialista del hemisferio occidental y aseguran que ha llegado el momento de liberar a Venezuela de Cuba, según el vicepresidente Mike Pence. Expulsar a Maduro del poder sin duda envalentonaría a quienes favorecen el cambio de régimen en otras partes de la región. De hecho, el juego final del gobierno parece ser Cuba, la nación isleña que ha desafiado el poderío hemisférico de Washington desde el triunfo antimperialista de la revolución encabezada por Fidel Castro hace 60 años.

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La crisis en Venezuela ha aportado el fruto maduro, en palabras del periodista Jon Lee Anderson, y creado la oportunidad para resucitar la era remota de la diplomacia de las cañoneras, cuando Washington podía dictar el destino de los gobiernos latinoamericanos. En el pasado, la mayoría de las naciones latinoamericanas se habrían opuesto a la intervención imperial de Washington, como hicieron en 2002 con fuerza México y otros países, cuando el gobierno de George W. Bush apoyó en un principio un intento de golpe de Estado contra Hugo Chávez que tuvo corta duración. Pero los abusos de poder de Maduro han llevado la miseria a vastos sectores de una nación alguna vez próspera, que en tiempos de Chávez parecía en camino de suplantar la influencia económica y política de Washington en la región. Gran número de gobiernos latinoamericanos y europeos aceptan que el pueblo venezolano tiene todas las razones –y todo el derecho– para exigir poner fin a un gobierno represor e incompetente que ha transformado su nación rica en petróleo en un Estado fallido.

Sin embargo, Trump ha tenido el cambio de régimen en Venezuela en su agenda política desde el inicio de su presidencia, como un paso hacia el cumplimiento de su promesa de campaña de poner fin al acuerdo que hizo Obama con Raúl Castro para una histórica coexistencia pacífica con Cuba. Apenas en su segundo día en la Casa Blanca, Trump pidió un informe sobre Venezuela, declaró en fecha reciente un antiguo funcionario del gobierno al Wall Street Journal, para explorar cómo dar marcha atrás a las políticas de la era de Obama hacia Cuba. Entre las opciones para deshacerse de Maduro y terminar con la alianza Venezuela-Cuba estaban cortar los miles de millones de dólares que Estados Unidos paga al país sudamericano por importaciones petroleras, importante y efectiva sanción que el gobierno de Trump impuso hace poco.

En su discurso en Miami, Bolton anunció sanciones adicionales contra Cuba, y prometió que vendrá todavía más. De hecho, como parte de lo que funcionarios estadunidenses describen como un enfoque más amplio y agresivo en la región, se filtran detalles a los medios sobre próximas medidas para revertir la política de la era Obama de una participación positiva con La Habana.

Una de las primeras es volver a clasificar a Cuba como patrocinadora del terrorismo internacional. En 1982, entre las sangrientas campañas estadunidenses de contrainsurgencia en Centroamérica, el gobierno de Ronald Reagan colocó a Cuba en la lista del Departamento de Estado de estados patrocinadores del terrorismo, esfuerzo flagrante por presentar el apoyo de La Habana a la revolución como un apoyo al terrorismo internacional. Pese a la falta de cualquier prueba de que Cuba respaldaba el terrorismo y a la abundante evidencia de que en cambio era blanco de tales actividades, un gobierno tras otro mantuvo a Cuba en la lista. Por fin Obama la retiró en 2015, como parte de las negociaciones para restaurar vínculos diplomáticos normales. Funcionarios estadunidenses han indicado que pueden citar la alianza de Cuba con el gobierno venezolano para justificar esta reinserción.

En las próximas semanas, la Casa Blanca también planea anunciar que los estadunidenses pueden presentar demandas en tribunales de su país para recuperar bienes en Cuba que fueron expropiados después de la revolución, norma punitiva contenida en la Ley Helms-Burton de 1996, que todos los presidentes estadunidenses de Clinton en adelante han desechado para evitar el caos de litigar contra empresas de naciones aliadas que tienen inversiones en Cuba.

Ambos cambios de políticas detendrán inversiones extranjeras que mucha falta hacen en Cuba, entre ellas de firmas mexicanas que probablemente han invertido en propiedades que ahora podrían entrar en disputa.La economía se pondrá mucho peor de lo que ya está debido a la crisis en Venezuela, declaró un agregado comercial europeo en La Habana a la agencia Reuters esta semana, y las nuevas amenazas de Trump ya están alejando a algunas personas.

Sin embargo, en lo inmediato la reinserción de Cuba en la lista de estados terroristas amedrentará a los turistas estadunidenses, cuyos dólares son esenciales para el crecimiento del incipiente sector privado cubano. En la Oficina de Control de Activos en el Extranjero del Departamento del Tesoro, que supervisa y aplica las reglamentaciones sobre los viajes a Cuba, los funcionarios han dado fuertes indicios de que pronto se anunciarán nuevas restricciones a los viajeros.

De interés mucho más inmediato para los cubanos, y para la comunidad latinoamericana, es la amenaza del gobierno de Trump de una intervención abierta en Venezuela, y el potencial efecto de derrame que tendría en su cada vez más agresiva política hacia Cuba. En público y en privado, Trump ha planteado en repetidas ocasiones la opción de enviar a los marines a derrocar a Maduro. En una conferencia de prensa el 28 de enero, Bolton llevaba un pegote amarillo con las palabras 5000 efectivos a Colombia que los periodistas pudieron ver… y reportar. Nicolás Maduro haría bien en no poner a prueba la resolución de Estados Unidos, amenazó dos días después el vicepresidente Pence. Venezuela merece ser libre, gritó ante un público favorable a la intervención, que coreaba Iu-es-ey, Iu-es-ey. Y en la Casa Blanca, con este presidente, prometió, ¡siempre será que viva Cuba libre (en español)!

Tales amenazas podrían ser fanfarronadas, pero detrás de un presidente que se precia de ser un prepotente bravucón hay un equipo curtido en cambios de régimen: el senador Marco Rubio, que ahora actúa como secretario de Estado en la sombra para América Latina y para quien revertir la revolución cubana es alta prioridad; Mauricio Claver-Carona, el principal cabildero cubano-estadunidense de línea dura contra la política de participación de Obama y actual asistente especial del presidente, así como presidente y director de la división de asuntos del hemisferio occidental del Consejo Nacional de Seguridad; Elliott Abrams, secretario auxiliar de Estado en tiempos de Reagan y tristemente célebre por propiciar y encubrir crímenes de lesa humanidad en El Salvador y Guatemala, y convicto (pero perdonado) por crímenes relacionados con el escándalo Irán- contras, y Bolton, quien como embajador de George W Bush en Naciones Unidas diseminó el infundio de que los programas cubanos de investigación médica eran una pantalla para la producción de armas biológicas.

Este grupo formidable tiene una obsesión como la del Capitán Ahab con el cambio de régimen en Cuba, de acuerdo con Benjamin Gedan, ex funcionario de la Agencia Nacional de Seguridad. Para Bolton y compañía, Cuba es la ballena blanca de la política exterior.

He dejado en claro que Estados Unidos no tiene la capacidad ni la intención de imponer el cambio en Cuba, declaró el ex presidente Obama durante su histórico discurso en el Gran Teatro Alicia Alonso de La Habana, en marzo de 2016. Quiero que sepan, reiteró, mirando a través del auditorio al entonces presidente Raúl Castro, que mi visita aquí demuestra que no necesitan temer una amenaza de Estados Unidos.

Apenas tres años después, esas seguridades ya no son válidas.

*Peter Kornbluh dirige el Proyecto de Documentación sobre Cuba del Archivo Nacional de Seguridad, organización no gubernamental de la Universidad George Washington en Washington, EU.

Traducción: Jorge Anaya



vía:
https://www.jornada.com.mx/2019/02/09/opinion/022a1mun

lunes, 4 de febrero de 2019

Venezuela: Los buitres y el reparto del botín...Golpe de Estado en Venezuela y capital financiero.. Simón Andrés Zúñiga CLAE / Rebelión



CLAE / Rebelión

No se debe reducir el análisis del caso venezolano y el actual encono intervencionista del imperialismo estadounidense y europeo a la necesidad geoestratégica de controlar los yacimientos petrolíferos. La batalla que se libra actualmente en Venezuela es también una confrontación geopolítica de carácter mundial.

Apenas dos días después del golpe del 23 de enero, una de las más conocidas agencias calificadoras de riesgo país, Standard & Poor, ha publicado en un informe las posibles medidas económicas que tomará el autoproclamado “presidente interino” Juan Guaidó (1). Como se esperaba, después de este golpe de Estado (en proceso), unas de las primeras medidas es la modificación de la Ley de Hidrocarburos, para que permita un mayor control extranjero del sector petrolero.
Al unísono, el economista venezolano Francisco Rodríguez, recomienda, a través de su red social, qué debe hacer el “presidente provisional”, para tomar control de la empresa CITGO, propiedad del Estado venezolano. Rodríguez señala “El nuevo gobierno debe proceder a comunicarle a los tribunales norteamericanos el nombramiento de nuevos representantes legales para defender los intereses de la nación y proteger los activos del saqueo que con seguridad intentaran hacer los representantes de Nicolás Maduro”(2) .
Luego, antes de cerrar la semana, el ingeniero venezolano Ricardo Hausman, escribe en su cuenta Twitter: “President Guaidó has an economic plan to start the recovery of Venezuela (…)” (3). Es decir, Hausman anuncia que Guaidó cuenta con un plan económico para iniciar la recuperación de Venezuela. El profesor de Harvard, a principios del 2018 ya había adelantado el escenario que ahora se está ejecutando.
En ese momento, escribió un artículo donde justificaba una intervención militar y una operación de rescate (económico) por parte de Estados Unidos y algunos los países latinoamericanos (4). Es impresionante como un año antes, detalló parte del guión estadounidense que ahora están leyendo (e interpretando) Bolton y Guaidó.
No es muy difícil imaginar quiénes participaron en la elaboración de este paquete económico, y probablemente la respuesta llevará a algunos personajes que también participaron entusiasmadamente en la elaboración del plan económico que el golpista Pedro Carmona Estanga tenía a su disposición en abril de 2002.
Los golpes de Estado de derecha, como se demostró en Chile en 1973, necesitan de un “ladrillo” (así se le llamó en ese momento al programa económico de Pinochet) elaborado por equipos de economistas, donde deben destacar los nacidos en el país donde Estados Unidos ha planificado el golpe. En este caso, es altamente probable que entre estos autores del Plan Económico del golpista Carmona (11 de abril de 2002), estuvo uno de los amigos y pupilo de Ricardo Hausman, el economista Francisco Rodríguez.
Como demostración de la alineación de estos voceros con la estrategia imperialista, el gobierno estadounidense anunció el secuestro de activos externos de PDVSA y la asignación de las cuentas bancarias a favor del usurpador Guaidó. Se confiscaron ilegalmente más de 7 mil millones de dólares en activos de PDVSA y unos 12.000 millones de dólares en exportación de crudo. A cambio, Mike Pompeo anunció que le darán a Guiadó 20 millones de dólares destinado supuestamente a la ayuda humanitaria.
De seguro, el plan de Hausman estaba coordinado con el plan imperial, ya que éste declaró en agosto de 2018 que el rescate de la economía venezolana debe contemplar un financiamiento por unos 80 mil millones de dólares para los siguientes dos años, unos 20 mil millones en donaciones de los multilaterales (Banco Mundial, ONU, Banco Interamericano de Desarrollo) y unos 60 mil millones por parte del Fondo Monetario Internacional (5)..
La intervención militar y la deuda externa son dos mecanismos de invasión y consolidación del dominio imperialista, ambos mortíferos para los pueblos donde avanzan.
El petróleo como objeto de la confrontación
La política petrolera chavista, plasmada en la Ley de Hidrocarburos fue una de las principales, y más importantes, reformas nacionalistas y desarrollistas que se produjeron durante la primera etapa del gobierno de Hugo Chávez. Era la principal y la más fundamental, porque enfrentaba frontalmente el núcleo del patrón de acumulación del capitalismo dependiente venezolano: la captura y la distribución de la cuantiosa renta petrolera.
A pocos meses del primer gobierno de Hugo Chávez, los sectores conservadores, reaccionaron frente a esta osadía del proceso bolivariano. Igual actitud asumieron las clases sociales que dependían del latifundio frente a la Ley de Tierras (otra de las reformas medulares).
Los intentos para derrocar a Chávez, estaban motivados por las pasiones desatadas en los principales afectados: los capitalistas nacionales (o locales) y el capital trasnacional y sus Estados imperialistas. No se puede analizar la trama política que acompaña el avance del chavismo, sin considerar la particular lucha de clases que caracteriza esta economía capitalista dependiente y peotrolera.
Alí Rodríguez Araque siempre precisaba que la contradicción principal entre capital-trabajo, en nuestro caso y en nuestra época, estaba influenciada por la contradicción capital-tierra (recursos naturales) para destacar, de esta forma, la particularidad de nuestro capitalismo dependiente, cuya acumulación capitalista tiene una gran influencia de la renta petrolera.
Una de las vías para generar un proceso de distribución social de la renta entre los sectores populares y los sectores productivos nacionales, tenía como premisa principal el control de la fuente de generación y captura de la renta, vale decir: el control de la empresa petrolera estatal PDVSA.
A principios del gobierno de Chávez, la empresa petrolera estatal era resultado de una nacionalización que devino en la existencia de una Estado dentro del Estado, dado que PDVSA asumió la figura de una “corporación mundial” (definida así por su gerencia), donde ésta se convirtió en una casta sociopolítica alineada con los intereses del capital transnacional y con la política energética de los Estados imperialistas.
Era, por tanto, comprensible la participación de la alta gerencia corporativizada de aquella PDVSA, en la estrategia insurreccional de la derecha y en el golpe de Estado contra el gobierno nacionalista-popular de Hugo Chávez (elegido bajo las reglas electorales de la democracia burguesa). Dicha acción terminó en una derrota desastrosa para los promotores del llamado “paro” petrolero.
En conclusión: la toma de la colina del poder fáctico concentrado en PDVSA, por parte del gobierno bolivariano de Hugo Chávez, se logró en 2003, la acción insurreccional que implicó el sabotaje de la industria petrolera se encontró con una correlación de fuerzas altamente favorable al chavismo, con una intensa movilización popular y una depuración de los mandos militares.
El nacionalismo promovido por Chávez, la unidad cívico-militar y el alto nivel de conciencia de los sectores populares, doblegaron la estrategia de una élite cuya cultura despreciaba al pueblo trabajador.
Más de una vez, la estrategia de la derecha opositora (obedeciendo instrucciones directas del Norte) ha sido, en la práctica, una de las mejores aliadas del avance del chavismo. El gobierno de Chávez se apoderó del control del Estado paralelo y autónomo que se había instaurado en PDVSA desde su nacionalización, y de esta forma pudo emprender un proceso de distribución de la renta petrolera entre sectores sociales desfavorecidos e intentar financiar el desarrollo de un modelo económico que presentaba como alternativo.
Buitres y tiburones
La discusión sobre el posterior uso adecuado de ese excedente petrolero bajo control del gobierno y la fuga del mismo a cuentas del exterior, es un debate que está pendiente en la hoja de balance de la historia de los gobiernos chavistas.
Sin embargo, en esta oportunidad, lo que interesa resaltar son los actores que están detrás del botín que se está subastando, en este momento, entre las potencias imperiales. Ese botín es la República Bolivariana de Venezuela, no sólo sus recursos naturales sino también su institucionalidad política, es decir su existencia como nación soberana e independiente.
En esta piñata, el rol de los representantes del capital financiero es definitivo, aunque este protagonismo no se haga tan evidente. Por supuesto, otros componentes del capital transnacional coparticipan en este saqueo imperial, por ejemplo los carteles energéticos y el complejo industrial militar estadounidense y europeo.
El capital financiero lo podemos clasificar en capital financiero trasnacional y capital financiero local (nacional)
La calificadora Standard & Poor (S&P), por más de 23 años ha mantenido una calificación de riesgo-país absolutamente sesgada (desfavorable) políticamente. Desde que se inició el Gobierno de Chávez, para los analistas financieros y para la opaca metodología de evaluación de riesgo país de la calificadora, el objetivo real era descalificar políticamente una experiencia que iba contra los intereses del capital mundial.
Al mismo tiempo, dichas calificadoras se aprovechaban de la información que obtenían de las estadísticas oficiales, para usarla en la especulación financiera. Por supuesto, detrás de S&P y otras calificadoras de riesgo, están los grandes bancos de inversión, representantes de ese capital financiero mundial que ha dominando, desde mediados de la década de 1970, la lógica de acumulación planetaria.
Francisco Rodríguez, hasta no hace mucho representante del Bank of America en América Latina, y Ricardo Hausman son rostros intelectuales de los intereses del capital financiero internacional y de las Instituciones Financieras Internacionales (IFI) cuyo principales exponentes son el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.
En territorio nacional, la banca local ha sido la custodia final y secuestradora de esta renta petrolera, permitiendo su trasvase masivo al exterior. Los grupos financieros nacionales, como Banesco y Banco Occidental de Descuento (BOD), y los trasnacionales como el BBVA, tuvieron una expansión exponencial sobre la base de la administración y concentración de la renta petrolera, facilitando su fuga al exterior.
Banesco llegó a superar a gigantes bancarios en España para adquirir bancos en ese territorio periférico de la Unión Europea, mientras que el BOD se focalizó en consolidar un monopolio bancario al mismo tiempo que fortalecía su influencia en las grandes decisiones financieras del gobierno, especialmente en la política cambiaria donde orientó sus esfuerzos en el desmonte del control cambiario.
El SITME ayer y hoy el Interbanex, son dos propuestas cambiarias que no salieron de las instituciones gubernamentales responsables de las políticas financieras y monetarias, sino de los núcleos de asesoría de la banca privada. Ya los banqueros no necesitaban estar en la presidencia del Banco Central ni en el Ministerio de Hacienda (hoy Finanzas) como lo hicieron en la IV República.
Con el poder que concentraron secuestrando la economía venezolana, aunado a la vocación negociante de algunos altos funcionarios gubernamentales y a la mediocridad en el manejo de la política económica, pudieron y pueden influenciar la política económica.
El gobierno chavista logra control sobre la administración de la renta petrolera en su captura y distribución primaria (PDVSA y el control cambiario), pero no establece mecanismos para evitar la fuga masiva de la misma al exterior y su uso eficiente en la transformación estructural. El gobierno tiene la vaca pero gran parte la leche termina en manos de la burguesía local que la utiliza para la exportarla hacia el sistema financiero internacional.
La fuga de capitales y el desmontaje del control cambiario (altamente ineficiente y corrupto), logró que el Estado venezolano perdiera control sobre el destino final de la renta petrolera y permitió al capital financiero nacional e internacional determinar su política cambiaria, al grado de establecer el tipo de cambio.
Al mismo tiempo, el capital financiero internacional, fue adecuando su estrategia de captura de la economía venezolana: los marchantes de la banca internacional, lograron venderle a PDVSA (comandada por Rafael Ramirez), al Ministerio de Finanzas y al Banco Central un instrumento financiero que, en sus diversas variantes, consistió en la emisión de bonos denominados en dólares y que podía ser adquiridos en bolívares.
Este instrumento y la descontrolada emisión de pagares para financiar la caja de PDVSA, terminaron siendo una de las sogas (sino la principal) que logró amarrar el cuello de la “revolución bonita”. Este mecanismo se conviertió en un eficiente viaducto que permite una veloz y cuantiosa fuga de capitales protagonizada principalmente por los Amos del Valle contemporáneos (el poder fáctico concentrado en Caracas). No es el único mecanismo de fuga, pero sí el más legitimado y descarado.
El golpe de Estado que está en proceso, es la coronación de una estrategia que cierra con el reparto del botín de los activos de PVDSA y demás riquezas del Estado Nacional. El éxito de la implantación del gobierno de transición y la imposición de un gobierno aliado, permitirá la aplicación de un programa económico que implicará un endeudamiento masivo. La deuda externa generada por un probable gobierno de derecha, se encargará de blindar las cadenas de dependencia y control de los recursos naturales.
No sólo el petróleo y los demás recursos naturales son la causa de la injerencia imperialista
Por otro lado, repetir que “lo que está detrás del golpe es sólo el petróleo” (y otras riquezas naturales) no solo puede ser una obviedad sino una terrible omisión. No se debe reducir el análisis del caso venezolano y el actual encono intervencionista del imperialismo estadounidense y europeo a la necesidad geoestratégica de controlar los yacimientos petrolíferos.
Es importante reconocer que la batalla que se libra en Venezuela es también una confrontación y contención de paradigmas que iban contracorriente con el status quo impuesto por el sistema de dominación del capital mundial. La batalla que se libra actualmente en Venezuela es también una confrontación geopolítica de carácter mundial.
Venezuela (gracias a la particular capacidad de Chávez de tejer alianzas internacionales) es un territorio de la nueva guerra fría. Lo que suceda en Venezuela no sólo pasa por Washington, sino pasa por Beijín y por Moscú.
Este análisis, que toca sólo uno de los factores estructurales de la economía venezolana, pretendió trascender los análisis macroeconómicos positivistas y neoclásicos que predominan tanto en las fuerzas de proimperialistas como en las fuerzas que se aglutinan en el polo izquierdo del espectro político venezolano (6), que se quedan en la superficie, acusando unos al gobierno y otros al bloqueo económico.
Omiten tanto el protagonismo de los actores, clases o poderes fácticos que determinan tendencias en la fragua de la lucha de clases, como a la características estructurales del capitalismo venezolano. No debe ser un análisis que se acota al diagnóstico, sino que debe permitir proporcionar pistas para la construcción de una estrategia de política económica transformadora.
Dentro de estas pistas o temas podemos resaltar el peso de la deuda externa, el control de capitales, el control de cambio, el disciplinamiento de la banca privada (¿regulación o estatización/nacionalización?), la necesidad de retomar la política petrolera original (no la que se desvió bajo la gestión de Rafael Ramírez). Al mismo tiempo, asumir una estabilización inflacionaria no regresiva ni recesiva.
Elementos que analizaremos más adelante y que deben ser parte de la agenda de las fuerzas del cambio radical.
Notas
[1] Ver, https://www.spglobal.com/platts/en/market-insights/latest-news/oil/012419-guaido-plans-citgo-leadership-shakeup-new-venezuela-hydrocarbons-law-sources
[2] Ver, https://twitter.com/frrodriguezc/status/1088145585457250305?s=03
[3] Ver, https://twitter.com/ricardo_hausman/status/1088869505072332801?s=20
[4] https://www.project-syndicate.org/commentary/venezuela-catastrophe-military-intervention-by-ricardo-hausmann-2018-01/spanish?barrier=accesspaylog
[5] https://www.elpais.com.uy/economia-y-mercado/necesitan-montos-record-eventual-plan-rescate-venezuela.html
[6] Es tan interesante (como desesperante) observar a voceros de los factores que conviven en el chavismo cómo se han visto embriagados por las concepciones y paradigmas económicos hasta ahora defendidos por la derecha. Es así como vemos que defender la liberación/flexibilización cambiaria, criticar la “emisión inorgánica de dinero” (además atribuirle como principal causa de la inflación), proponerse la meta del “déficit cero”, utilizar una política monetaria bipolar con inclinación a ahogar el crédito a través de la contracción, flexibilizar las condiciones a la inversión privada… se han convertido en la referencia frecuente tanto en autoridades económicas gubernamentales como ex-ministros.
Simón Andrés Zúñiga: Economista venezolano, integrante de la Sociedad de Economía Política Crítica (SER). Distribuido por el Centro latinoamericano de Análisis Estratégico (CLAE, estrategia.la)


vía:
http://rebelion.org/noticia.php?id=252035

Venezuela-El Imperio: Invasión militar.. ¿EEUU, Brasil y Colombia contra Venezuela, Rusia y China?




Las posiciones se cierra aún más. El presidente Nicolás Maduro incrementa su poder de respuesta, del discurso al músculo militar. Hasta el final con el comandante Hugo Chávez, con el chavismo y con el legado de Revolución que dejó, es el espíritu que permea su discurso. La suerte está echada, Maduro no dejará que se apropien de su gobierno ni de Venezuela. Del otro lado, el de la oposición, envalentonado sobre todo por el apoyo de Washington, Juan Guaidó asegura que está de paso, que se autoproclamó presidente de Venezuela para después entonces, convocar a elecciones libres y transparentes, sin garantizar que esta no sea una treta de Donald Trump o estudiada desde hace tiempo, más que han descubierto que hubo reuniones secretas en Colombia, Brasil y EE.UU. Con autoridades de esos países y además según Guaidó, incluso con mandos medios de las Fuerzas Armadas Bolivarianas de Venezuela. Un gran entramado que merece hacer muchas preguntas tomando mucha distancia. Aquí le pongo algunas que serán nuestra guía para descubrir más senderos, cuestionar los que hay y plantear reflexiones urgentes tanto para el pueblo de Latinoamérica como para los pueblos del mundo, ante la voracidad de los que controlan y quieren controlar los recursos que por natura deberían obedecer al bienestar de todas las naciones. El problema es que el bienestar sucumbe siempre ante la rapiña: ¿Al escuchar al vicepresidente de un país hablar de que se acabó el diálogo para derrocar al presidente de otro, qué significa esto para el derecho internacional y para la carta de las Naciones Unidas, donde cada pueblo decide su destino? Hablo del vicepresidente de EE.UU., Mike Pence quien dijo que se le acabó el tiempo y le cerró el diálogo a Maduro. ¿La figura de Pence está en la constitución de Venezuela? ¿Por qué amagan con una invasión militar de EE.UU. junto con Colombia y Brasil, pero oficialmente dicen que no, que no habrá ninguna invasión. ¿Cuál es la verdad? Invasión militar, presión informativa, guerra psicológica, asfixia financiera, ¿estas acciones están contempladas en el derecho internacional? EE.UU. está castigando con severas sanciones el petróleo de Venezuela para dejar sin dinero al Gobierno de Maduro. En respuesta Maduro dijo que no saldrá ningún barco de petróleo si no se paga por adelantado. ¿Funcionará esto? ¿qué opciones tiene Maduro para sobrevivir financieramente? Estados Unidos se está apoderando de todos los activos, dinero y bienes de Venezuela para crear un fideicomiso y darle todas esas ganancias al autoproclamado presidente Juan Guaidó. ¿Lo que hace EE.UU. no es un robo? ¿Qué tiene que ver el presidente de Colombia, Iván Duque, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN) de Colombia, y Nicolás Maduro? Cómo todos estos actores se relacionan porque todos hablan de democracia y justicia social? ¿Qué falló en Venezuela? Lo pregunto porque a finales de los años 70 Deng Xiaoping, el líder de China, comprendió que la riqueza era muy importante, y que tenía que entrar en un juego inteligente con el imperialismo y capitalismo, y que su país tenía que ser un país muy rico, porque de otra manera el socialismo fracasaría. Teniendo en cuenta esta filosofía socialista de China, ¿qué falló en Venezuela? ¿Por qué China es hoy la que le pone un alto a EE.UU. y Venezuela no? Según el periódico chino Global Times, China revela que ha mantenido contacto tanto con Maduro como con los opositores, con Guiadó. El Ministerio de Exteriores de China dejó claro que no importa para qué lado cambie la situación, pero la relación con Venezuela seguirá. ¿Qué está dejando entrever China? ¿Venezuela se ha convertido en el laboratorio de una nueva política exterior de Estados Unidos frente a sus rivales geopolíticos China y Rusia? Lo pregunto porque el Arco Minero del Orinoco es una zona de Venezuela rica en diamantes, oro y materiales extraños usados para la alta tecnología ¿parece que todo mundo se frota las manos ante esta región de Venezuela, que curiosamente está cerca de Brasil? ¿Por un lado China y Rusia quieren apropiarse de las extracciones y por otro lado Brasil y EE.UU. podrían estar interesados también? ¿El arco minero podría ser uno de los puntos de esta crisis? Por Roberto de la Madrid

Venezuela: 10 mentiras sobre Venezuela ...Katu Arkonada ....La guerra hibrida que vive Venezuela ha tenido en la desinformación y manipulación mediática una de sus principales armas de combate. Leemos y escuchamos mentiras que analistas que nunca han estado en Venezuela repiten tantas veces que se convierten en realidad para la opinión pública..........Se llama petróleo, se llama oro, se llama coltán.




La guerra hibrida que vive Venezuela ha tenido en la desinformación y manipulación mediática una de sus principales armas de combate. Leemos y escuchamos mentiras que analistas que nunca han estado en Venezuela repiten tantas veces que se convierten en realidad para la opinión pública:

Venezuela tiene dos presidentes. Nada más lejos de la realidad. La Constitución venezolana establece en su artículo 233 como falta absoluta del presidente su muerte, renuncia, destitución decretada por el Tribunal Supremo de Justicia, o la incapacidad física o mental decretada por una junta médica. Guaidó no tiene ningún argumento constitucional para autoproclamarse presidente, pues no hay falta absoluta del presidente, que tomó juramento tal y como lo establece la Constitución en su artículo 231: el 10 de enero y ante el Tribunal Supremo de Justicia.

Guaidó tiene el apoyo de la comunidad internacional. Más allá de la hipocresía de llamar comunidad internacional a Occidente, el 10 de enero en la toma de posesión de Maduro había representaciones diplomáticas de más de 80 países, desde Rusia a China, pasando por el Vaticano, la Liga Árabe y la Unión Africana. Esos países siguen manteniendo relaciones diplomáticas con el gobierno que encabeza Nicolás Maduro. Guaidó tiene el reconocimiento de los mismos países que el 10 de enero desconocían a Maduro: Estados Unidos y el Grupo de Lima (excepto México). Solo se han sumado Georgia (por su disputa territorial con Rusia), Australia e Israel.

Guaidó es diferente a la oposición violenta. Guaidó es diputado por Voluntad Popular, partido político que ya desconoció las elecciones presidenciales de 2013 y cuyo líder, Leopoldo López, está condenado por ser autor intelectual de La salida, que impulsó las guarimbas de 2014, con un saldo de 43 muertos y cientos de personas heridas.

La Asamblea Nacional es el único órgano legítimo. El artículo 348 de la Constitución venezolana autoriza al presidente a convocar a una Asamblea Constituyente, y el artículo 349 define que los poderes constituidos (Asamblea Nacional) no podrán en forma alguna impedir las decisiones de la Asamblea Constituyente. La decisión de convocar la Constituyente fue un acto de astucia del chavismo para sortear el bloqueo de la Asamblea Nacional que puede gustar o no, pero fue realizado con estricto apego a la Constitución.

Maduro fue relecto de manera fraudulenta, en unas elecciones sin oposición. Las elecciones del 20 de mayo de 2018 fueron convocadas por el mismo CNE con el que Guaidó llegó a ser diputado. Hubo tres candidatos de oposición que sacaron en conjunto 33 por ciento de los votos y se siguieron las normas acordadas en la mesa de diálogo realizada en la República Dominicana entre el gobierno venezolano y la oposición, con el ex presidente español Zapatero de mediador.

En Venezuela no hay democracia. Desde 1998 se han producido cinco elecciones presidenciales, cuatro elecciones parlamentarias, seis elecciones regionales, cuatro elecciones municipales, cuatro referendos constitucionales, y una consulta nacional. 23 elecciones en 20 años. Todas con el mismo sistema electoral, considerado el más seguro del mundo por el ex presidente estadunidense Jimmy Carter.

En Venezuela hay una crisis humanitaria. Sin ninguna duda que en Venezuela hay ahora mismo una crisis económica impulsada por las ordenes ejecutivas de Obama y Trump declarando a Venezuela peligro para la seguridad nacional de Estados Unidos, con sanciones que han impedido la compra de alimentos y medicinas.

Esa crisis ha provocado una migración económica a la que se ha pretendido disfrazar de exilio político, algo que los datos desmienten (entre enero y agosto de 2018 la Comisión Mexicana de Ayuda al Refugiado recibió 3 mil 500 solitudes de asilo de venezolanos, por un total de 6 mil 523 solicitudes de refugio de ciudadanos hondureños, casi el doble).

En Venezuela se violan los Derechos Humanos. Analicemos las cifras de las guarimbas de 2017: 131 personas muertas, 13 de las cuales por disparos de las fuerzas de seguridad (hechos por los que hay 40 miembros detenidos y procesados); nueve efectivos de las diferentes policías y Guardia Nacional Bolivariana asesinados y cinco personas quemadas vivas o linchadas por la oposición. El resto de muertos en su mayoría lo fueron mientras manipulaban explosivos o intentaban saltarse barricadas de la oposición.

En Venezuela no hay libertad de expresión. Las imágenes de estos días de Guaidó dando declaraciones rodeado de micrófonos de medios nacionales e internacionales desmienten tal afirmación.

La comunidad internacional está preocupada por el estado de la democracia en Venezuela. A la comunidad internacional, representada por Estados Unidos y el Grupo de Lima, no le preocupan los presos torturados en Guantánamo; no le preocupan los defensores de derechos humanos que a diario son asesinados en Colombia; no le preocupan las caravanas de migrantes que huyen de la doctrina del shock neoliberal en Honduras, y no le preocupan las relaciones de los hijos de Bolsonaro con las milicias paramilitares que asesinaron a Marielle Franco.

No, nadie juzga las graves violaciones de derechos humanos en esos países del Grupo de Lima y su aliado Estados Unidos. Lo que se esconde detrás de esa preocupación no se llama democracia.

Se llama petróleo, se llama oro, se llama coltán.

*Politólogo expecialista en América Latina


vía:
https://www.jornada.com.mx/2019/02/02/opinion/022a1mun

Economia: Papá Noel para chicos malos ...En este episodio de Keiser Report, Max y Stacy hablan del oro, la plata y el bitcóin como proveedores de soberanía económica individual en una era de Estados nación difuminados y un imperio en proceso de desintegración. En la segunda parte Max prosigue su entrevista a Jaromil, de Dyne.org y AlgoSov.org, sobre las posibilidades liberadoras del bitcóin y cómo China asigna a sus ciudadanos una puntuación de crédito social a la manera de un Papá Noel que decide quién ha sido bueno y quién no.



En este episodio de Keiser Report, Max y Stacy hablan del oro, la plata y el bitcóin como proveedores de soberanía económica individual en una era de Estados nación difuminados y un imperio en proceso de desintegración. En la segunda parte Max prosigue su entrevista a Jaromil, de Dyne.org y AlgoSov.org, sobre las posibilidades liberadoras del bitcóin y cómo China asigna a sus ciudadanos una puntuación de crédito social a la manera de un Papá Noel que decide quién ha sido bueno y quién no.

Brasil: Bolsonaro y la sombra de la caserna ...Eric Nepomuceno




Al promediar la tarde del pasado jueves el equipo de comunicación de la presidencia divulgó una foto de Jair Bolsonaro en su lecho de hospital, firmando un papel. A su lado, un señor de traje oscuro, pulcramente afeitado y un tanto regordete, lo contempla con aire compenetrado. Su nombre es Jorge Oliveira, y en una de esas contradicciones típicas de un país típico, es el jefe de la Subjefatura de Asuntos Jurídicos de la Casa Civil. En idioma normal, asesor jurídico, el encargado de la revisión final de lo que firma el presidente.

Dicho eso, queda una pregunta: ¿qué tan importante era lo que firmó Bolsonaro y que no podría ser tratado por un vicepresidente ejerciendo interinamente su puesto? Nada, absolutamente nada. Esa podría ser otra de tantas jugadas de publicidad de un gobierno que todavía no dijo a qué vino, pero la imagen oculta sombras.

El gran esfuerzo para exhibir un Bolsonaro dispuesto a sacrificarse por el país, un soldado que pese a todo se niega a abandonar el campo de batalla, resultaría risible si por detrás de la pantomima no se disputase una feroz batalla por espacio y poder en un gobierno que tuvo el estreno más bizarro y desastroso desde el retorno de la constitucionalidad, hace ya 34 años.

De un lado está el núcleo político, en el cual la figura más visible es precisamente el ministro-jefe de la Casa Civil, Onyx Lorenzoni, figura oscura que viene de una carrera de diputado tan larga como gris.

De otro, el grupo de los militares, cuya figura más visible es precisamente el vicepresidente, Humberto Mourão, pero que tiene en otro general, Alberto Heleno, ocupante del Gabinete de Seguridad Institucional, el verdadero comandante.

En el medio, tratando de rodear al presidente con un muro que suponen insuperable, el trío de los muy beligerantes y polémicos hijos presidenciales, cuya capacidad de crear confusión y malestar se comprueba no sólo a cada día, sino que varias veces al día.

Y por fin, flotando sobre el clan, lo que incluye al mero mero Bolsonaro presidente, está la fuerte influencia de un astrólogo de extrema derecha, el hasta hace poco ignorado, más allá de las huestes de sus seguidores fanáticos, Olavo de Carvalho, que merecería un estudio aparte.

Vive desde hace unos 14 años en Estados Unidos, defiende teorías exóticas travestidas de alta erudición, y se transformó en una especie de gurú del clan a partir de su acercamiento con el hijo 03, Eduardo (el 00 es el padre, por supuesto, siguiendo la jerga de las casernas).

Todo eso podría servir de argumento para algo que, en manos de un buen guionista, se transformaría en una pieza de estridente humor. No faltarían ministros disparando extravagancias absurdas día sí y el otro también, asesores torpes diciendo y desdiciendo absurdos, y un presidente un tanto descerebrado, para describirlo de manera delicada.

Ocurre que no se trata de un argumento de ficción: es lo que se observa en el recién estrenado gobierno del más poblado, más extenso y económicamente poderoso país de América Latina.

¿Por qué la estrafalaria figura presidencial hace de cuenta que está trabajando normalmente mientras se recupera de una cirugía delicada, en lugar de licenciarse por el tiempo necesario y permitir que su vice asumiese interinamente sus funciones?

Por una razón sencilla: Mourão, el general vice, tiene vida propia, contradice con frecuencia lo que dice el capitán presidente, se mueve con desenvoltura en terrenos que para Bolsonaro son despeñaderos peligrosos.

Mientras el presidente era un fiasco ominoso en el Foro Económico Mundial realizado en Suiza hace pocos días, el vice lucía una imagen de sensatez y equilibrio en Brasilia.

Supo mantenerse al margen de las disputas dentro del partido de Bolsonaro, de las grescas entre el trío de hijos y el equipo ministerial, de los embates entre el súper-ministro de Economía Paulo Guedes y el Congreso.

Para colmar el vaso de turbulencias, el hijo 01, senador electo Flavio Bolsonaro, está metido hasta el cuello en un escándalo que va de la multiplicación inexplicable de su patrimonio a los lazos que lo unen a grupos paramilitares de exterminio en Río, irritando al bloque militar del gobierno.

Mourão, frente a semejante cuadro, gana apariencia de un oasis de serenidad. Contradice su jefe con la serenidad de los verdugos más eximios, refuerza la apariencia de ser más equilibrado y, por tanto, fiable que el presidente. Y cuenta, claro, con el silencioso respaldo de sus pares.

Todo eso es palpable, pero oculta otro peligro.

Si comparado a los aires de mentecato exhalados por Bolsonaro su vice surge como un intelectual refinado, la verdad es que se trata de un duro muy duro, con el detalle de ser hábil. Troglodita, sí; bruto, no.

Empieza a crecer en el horizonte la imagen de un Bolsonaro tutelado por los militares. Es precisamente ese el espacio destinado al vice por quien efectivamente tiene el control de la situación: la caserna.

Pobre país despedazado, ese mío.

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 https://www.jornada.com.mx/2019/02/03/opinion/012a2pol#

domingo, 3 de febrero de 2019

Venezuela: cocinan un "gobierno de transición" ¡No al golpe imperialista!... Guillermo Almeyra ....Juan Guaidó, el autoproclamado presidente encargado, tiene como apoyo social a los capitalistas y las clases medias más ricas pero recoge también en parte el odio masivo a la corrupción y a la prepotencia de la boliburguesía, la burguesía "bolivariana" que remplazó al chavismo original. Ahora trata de canalizar la protesta contra el robo de los bienes públicos y la ineficacia de muchos administradores de empresas estatizadas, contra el hambre, las dificultades cotidianas y la permanente devaluación de los ingresos por una inflación de mil por ciento que impide calcular los costos y paraliza la economía (la producción de acero cayó 80 por ciento, la de petróleo se redujo a menos de la mitad).

Guillermo Almeyra





Estamos frente a la última fase del desarrollo de un proceso golpista que comenzó durante el gobierno de Hugo Chávez cuando lo derrocaron y detuvieron antes de ser derrotado por la movilización popular. Ya entonces los golpistas decían enfrentar una dictadura a pesar de que hacían manifestaciones y participaban en sucesivas elecciones que siempre perdieron y que cuando ganaron no fueron objetadas por el gobierno. Con Chávez y con el sucesor Nicolás Maduro los partidos opositores siguieron funcionando, al igual que la prensa desestabilizadora, golpista y vociferante. Sólo se reprimieron los llamados a la insurrección, los asesinatos e incendios de instituciones y las guarimbas, manifestaciones semiinsurreccionales para tantear la resistencia de las fuerzas armadas. Hablar de dictadura es estúpido y ridículo. Maduro no es un dictador: es un político incapaz e ignorante que representa un sector –minoritario y advenedizo, crecido con la corrupción, los privilegios estatales, el robo y la corrupción– de la burguesía venezolana rentista, desde siempre asesina y servil ante Estados Unidos.

Hugo Chávez era muy popular porque, aunque él también creía que la transformación de Venezuela es posible desde arriba hacia abajo, mediante políticas estatales y métodos burocráticos, evolucionaba hacia la izquierda a partir de su primer enfoque socialcristiano y quería combatir la corrupción y el burocratismo reforzando los gérmenes de poder popular, las misiones, las comunas. Chávez tendía a depender de las masas, no de las Fuerzas Armadas Bolivarianas (FAB) como en cambio depende Maduro porque, como militar que hizo un golpe y rompió la disciplina verticalista, sabía que éstas no son homogéneas, que las bases no piensan igual que los generales y que las FAB no son políticamente seguras ni siquiera en 80 por ciento. El gobierno de Chávez, pese a sus errores, era sólido y popular y no frágil como el de Maduro que, por el contrario, reprimió a los sindicatos y a los movimientos obreros, sometió a las misiones y comunas y se apoya sólo en el aparato militar-policial y en el PSUV que no es un partido sino una máquina electoral pues no tiene ni vida interna democrática ni medios de comunicación masiva y que se rige según el ejemplo cubano desgraciadamente influenciado por la casta-clase burocrática stalinista que condujo al abismo a la Unión Soviética.

Juan Guaidó, el autoproclamado presidente encargado, tiene como apoyo social a los capitalistas y las clases medias más ricas pero recoge también en parte el odio masivo a la corrupción y a la prepotencia de la boliburguesía, la burguesía bolivariana que remplazó al chavismo original. Ahora trata de canalizar la protesta contra el robo de los bienes públicos y la ineficacia de muchos administradores de empresas estatizadas, contra el hambre, las dificultades cotidianas y la permanente devaluación de los ingresos por una inflación de mil por ciento que impide calcular los costos y paraliza la economía (la producción de acero cayó 80 por ciento, la de petróleo se redujo a menos de la mitad).


Guaidó es una marioneta del imperialismo y su fuerza reside en la amenaza de Trump y de los agentes de Washington en Brasil, Argentina, Perú, Colombia, que de inmediato reconocieron su autoproclamación. Sin embargo, no todos los que lo apoyan son ni golpistas o proimperialistas pues muchos no lo siguen en su intento de golpe cruento aunque estén contra Maduro a quien intentan castigar o incluso corregir votando por la oposición. Por eso Guaidó insiste en su llamado a elecciones pues las podría ganar a pesar de haber perdido millones de votantes con la emigración masiva de quienes pueden pagar la expatriación y la reinstalación.

El gobierno legal de Maduro, demostrando debilidad, negocia en secreto con un golpista fuera de la ley que convoca manifestaciones y anda por las calles sin problemas. Crea así un margen amplio para un acuerdo entre una parte de la boliburguesía que comanda las FAB y los golpistas proimperialistas que podría crear un infame gobierno civil-militar de unidad nacional que excluya a Maduro. Los agentes imperialistas, con su apoyo internacional, rápidamente se desembarazarían de la derecha militar ex chavista instaurando una dictadura feroz apoyada por tropas extranjeras para enfrentar la resistencia encarnizada del pueblo chavista y de un sector militar nacionalista armado por Rusia.

La debilidad de Maduro está limpiando el camino para esa intención criminal y para una guerra civil con la intervención yanqui y de los gobiernos derechistas vecinos y, probablemente, también de Rusia y China que Trump quiere expulsar de América Latina. Sin esperar la iniciativa de nadie, como cuando derrocaron a Chávez, hay que derrotar el golpe movilizándose y crear también de ese modo las condiciones para remplazar a Maduro y acabar con los explotadores y los ladrones. ¡No a las negociaciones secretas! ¡No al golpe imperialista y un gobierno de unidad nacional! ¡Armas para los sindicatos y organizaciones populares!

almeyraguillermo@gmail.com

viernes, 1 de febrero de 2019

Chile: El Gobierno pretende entregar “perpetuidad” a los derechos de agua...El Desconcierto





El gobierno prepara cambios al proyecto de ley que modifica el Código de Aguas presentado durante el gobierno de la ex presidenta Bachelet. Entre las modificaciones que ingresarán en la indicación sustitutiva se encuentra la de entregar por “perpetuidad” los derechos del uso de agua tal como confirmó el ministro de Obras Públicas, Juan Andrés Fontaine.

En entrevista con La Tercera el ministro señaló la necesidad de entregarle certeza jurídica y confianza a los dueños de los derechos del agua, por lo que la modificación incluirá “incentivos adecuados para el buen uso del agua”, además de reinstalar la perpetuidad para que exista “plena confianza en que el dueño de los derechos del agua va a seguir siendo dueño”.

Esto va en total contrariedad con la necesidad de que el agua sea un bien nacional de uso público, constitutivo como un derecho y que no quede en manos de privados para que no siga ocurriendo lo que pasa en Petorca o en otras partes de Chile. Al día de hoy, más del 90% del derecho al agua está gestionado por el sector privado.

El ministro también comentó sobre la acotación a 30 años de concesión para los nuevos derechos de agua que incluye la reforma presentada por el gobierno anterior, y a pesar de la gran cantidad de años, Fontaine declaró que es “muy poco tiempo” e inconveniente para el desarrollo agrícola.

“Respecto de los nuevos derechos, el gobierno anterior se iba por acotarlos en su plazo de duración, sistema que creemos es inconveniente, por cuanto el plazo, incluso si es relativamente largo, como de 30 años, a poco andar uno empieza a acercarse al año 30 y ya entonces es muy corto el tiempo que queda como para, por ejemplo, hacer una nueva plantación frutal”, finalizó.

http://www.eldesconcierto.cl/2019/01/27/ni-se-arrugan-gobierno-pretende-entregar-perpetuidad-a-los-derechos-de-agua/



vía:
http://www.rebelion.org/noticia.php?id=251802&titular=el-gobierno-pretende-entregar-%93perpetuidad%94-a-los-derechos-de-agua-

Venezuela, Trump y la pandilla de Mike & Mike......José Steinsleger ....Nadie (en sus cabales) puede sostener la legitimidad del imbécil que Trump y la pandilla de Mike & Mike nombraron "presidente" de Venezuela. Pues si este disparate alza vuelo, un Carlos Fernando Chamorro podría ser nombrado presidente de Nicaragua, y un terrorista como Carlos Alberto Montaner, presidente de Cuba.




De sur a norte, de este a oeste, por arriba y por abajo, todas las voces se preguntan si Estados Unidos intervendrá militarmente en Venezuela. ¿Podrá? La mesa está servida. Pero una agresión de tal magnitud podría acabar con la geopolítica de Washington en América del Sur desde su constitución como nación, junto con sus propios intereses en el país bolivariano.

Liderada por Donald Trump (con amplio currículo en los bajos fondos de Nueva York), la pandilla de Mike & Mike (Pence y Pompeo), más John Bolton y Elliot Abrams, ya empezó con el saqueo. Sin embargo, la Venezuela del presidente Nicolás Maduro no es la del presidente Cipriano Castro (1901-08) ni el imperialismo a la ofensiva de Teodoro Roosevelt (1901-09), es igual al que Trump conduce a la defensiva.

Hace unos días, Maduro declaró que hizo un viaje al futuro (sic), viendo que todo iba a salir bien. Le creí, a pesar de aquel prócer de la independencia argentina que minutos antes de estirar la pata dijo: Si ves el futuro, dile que no venga (Juan José Castelli). Viajemos mejor al pasado, a ver en qué nos alecciona.

La epopeya del Libertador, sabido es, acabó en agua de borrajas. Fue cuando en 1830 se disolvió la Patria Grande, que hace exactamente 200 años Bolívar caracterizó así: Tengamos presente que nuestro pueblo no es el europeo ni el americano del norte, que más bien es un compuesto de África y América, que una emanación de la Europa (Congreso de Angostura, 15/2/1819).

Creyendo que todo iría sobre ruedas, las oligarquías cantaron victoria. No obstante, algunos se animaron a pensar por nosotros. Por ejemplo, el pedagogo Simón Rodríguez (al que la historia sólo consiente en legitimarle como preceptor de Bolívar), se preguntaba: ¿Dónde iremos a buscar modelos? La América española es original. Originales han de ser sus instituciones y su gobierno. Y originales, los medios de fundar uno y otro. O inventamos o erramos ( Sociedades americanas, 1842).

Más tarde, otro venezolano se alzó en armas contra los conservadores, evocando “la memoria de los patriotas de nuestra independencia, de los hombres del 5 de julio de 1811…” (Ezequiel Zamora, 23/2/1859). Y el llamado del citado Cipriano Castro a la conciencia nacional (la planta insolente del extranjero ha profanado el suelo sagrado de la patria), luego que en 1903 una escuadra de potencias europeas bloqueó y bombardeó puertos de Venezuela, con la pretensión de cobrar a cañonazos una deuda exterior, aumentada mediante manipulaciones contables y financieras.

Invocando la doctrina Monroe (1823), Roosevelt intervino y el bloqueo fue levantado. Pero el voluble Cipriano suscribió un acuerdo lesivo para Venezuela, causando la protesta popular, la ruptura de relaciones diplomáticas con Estados Unidos (1908), y poco después su remplazo por el sátrapa Juan Vicente Gómez. Y el primer acto político de Gómez fue pedir la protección militar del imperio, para el sostén de su gobierno (1909).

De allí la doctrina Drago (del canciller argentino Luis María Drago), declarando la ilegalidad del cobro violento de deuda por las potencias en detrimento de la soberanía, estabilidad y dignidad de los estados (1902). Y de allí el corolario Roosevelt, enmienda a la doctrina Monroe en la que se afirma que si un país bajo la influencia de Estados Unidos amenazaba o ponía en peligro los derechos o propiedades de ciudadanos o empresas yanquis, Washington quedaba obligado a intervenir.

Regreso del pasado, y veo que el presidente de Ecuador, Lenín Moreno, acaba de sugerir la caza de venezolanos. ¿Sabrá el miserable que José Antonio de Sucre, prócer de su país, y Juan José Flores (1800-1864, tres veces presidente de Ecuador) eran venezolanos? Y esto, por no hablar de Iván Duque, quien en Cartagena agradeció al rufián Mike Pompeo el apoyo de los padres fundadores de Estados Unidos a la independencia de Colombia (sic). O Mauricio Macri, cuando con motivo del bicentenario de la independencia argentina (2016), manifestó frente al rey de España que los libertadores sintieron angustia (sic) por haber luchado contra la madre patria. O Jair Bolsonaro, quien en el foro de Davos manifestó: No queremos una América bolivariana, como hace poco existía en Brasil.

Nadie (en sus cabales) puede sostener la legitimidad del imbécil que Trump y la pandilla de Mike & Mike nombraron presidente de Venezuela. Pues si este disparate alza vuelo, un Carlos Fernando Chamorro podría ser nombrado presidente de Nicaragua, y un terrorista como Carlos Alberto Montaner, presidente de Cuba.

La premura de Trump y la banda de Mike & Mike para acabar con Maduro y la revolución bolivariana sólo tiene una explicación. Intuyen, en el fondo, que la espada desenvainada por Hugo Chávez hace 20 años podría resultar, a la postre, más filosa que la alzada por los fieles del Islam.

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 https://www.jornada.com.mx/2019/01/30/opinion/017a1pol#

Venezuela: botín ambicionado .....John Saxe-Fernández / 1 ...La clase gobernante de EU no es afecta a "las fuerzas del mercado", sino a "las fuerzas armadas" para acceder a la riqueza y territorio de los pueblos al sur del Bravo y del orbe.

John Saxe-Fernández / 1




Según Paul Craig Roberts, ex subsecretario del Tesoro para la Política Económica de Estados Unidos (EU) durante la administración de Reagan y Caballero de la Legión de Honor de Francia, la vorágine de atropellos económico-militares y de propaganda desatada por Washington contra Venezuela se debe a que Maduro, como Chávez, ha cometido el crimen imperdonable de representar los intereses del pueblo venezolano y no el de las corporaciones e intereses financieros de EU. La suya es una ironía repleta de indignación, ante las poses y pronunciamientos de los Pompeos, Boltons y Abrams, altos exponentes del unilateralismo belicista y económico que impera en EU desde las masacres en Afganistán, Irak, Libia etcétera, perpetradas a la sombra del 11/S. Trump se hace rodear de monroístas de la guerra fría: no sólo juegan con el estado de derecho en EU, a la Elliot Abrams. También rompen abiertamente con el derecho internacional y con la paz mundial. Es necesario agregar que, como el gobierno de Chávez, el de Maduro considera que Venezuela es una nación cuyo Estado tiene jurisdicción sobre su territorio. No es, como plantea el unilateralismo de hueso colorado ahora rampante en EU, un depósito repleto de recursos naturales.

La ofensiva del unilateralismo bélico y bancario-financiera viene de tiempo atrás. Ya Trump amenazó a Caracas con una intervención militar. Es el mismo lenguaje amenazante desde un bárbaro despliegue de sanciones económicas que atacan de manera feroz a la población, como en Irak y Libia. En esas sanciones, que las agencias noticiosas y los analistas de Televisa, DW y otras, nunca mencionan, se realizan operativos en función de aquello de que: todas las opciones están sobre la mesa. Lo que se oculta es que el operativo militar ya está en curso desde tiempos de Chávez bajo la Operación Venezuela Freedom 1 y 2. Ahora la ofensiva está al mando de Abrams, pieza clave en el escándalo Irán- contras.

Dada la centralidad de lo militar en el dispositivo golpista, no es casual que Roberts recuerde a Smedley Buttler, un teniente general de los marines, quien en 1935, desde el alto rango y honores que mereció, sintetizó el papel de los militares de EU en América Latina y el Caribe así: “la mayor parte de mi tiempo actué como un matón de alta categoría al servicio de las grandes empresas de Wall Street y de los banqueros. En breve, fui una suerte de matón del bajo mundo criminal (racketeering) al servicio del capitalismo”. La amenaza de Trump/Bolton y ahora Abrams, se encamina a instaurar una gobernanza de corte colonial en el hemisferio bajo un estado de excepción y de su bota militar. En el caso de Venezuela y Sudamérica, el Comando Sur del Pentágono se articula con el Departamento del Tesoro, dueño de 51 por ciento del Banco Mundial, según Joseph Stiglitz, ex primer economista de ese banco.

La retórica librecambista del hegemón en aparente repliegue hacia el hemisferio, queda hecha trizas. La clase gobernante de EU no es afecta a las fuerzas del mercado, sino a las fuerzas armadas para acceder a la riqueza y territorio de los pueblos al sur del Bravo y del orbe. La diplomacia de fuerza desplegada contra Caracas, incluye una millonaria ofensiva económica y mediática semejante a la embestida contra Chile (Allende) Irak y Libia. Gobernar para el pueblo venezolano significa cometer el pecado mortal mencionado por Roberts. Para EU, Venezuela es un botín y para los regímenes de derecha también, lo que los induce a articular los lineamientos de las lumpenburguesías locales, satisfechas con una co-participación en la apropiación del excedente. Esas derechas también se arriesgan a la devastación humana y de infraestructura de las guerras de agresión con las que ahora Trump et al amenazan a Venezuela. En esta dirección las torpezas y limitaciones de la derecha brasileña colocan en grave riesgo a la parte mayor de la Amazonia.

Sobre el botín, información pública oficial de EU (CIA, NSA, DIA, etcétera) recabada por Bryan González Hernández, candidato doctoral en la Universidad Nacional de Costa Rica (UNA), Heredia, indica que Venezuela ejerce jurisdicción sobre la mayor reserva petrolera del mundo, estimada en 300 mil millones de barriles. Venezuela es el octavo país del mundo con las mayores reservas de gas natural, 1.5 billones de metros cúbicos; 14 mil millones de toneladas de hierro; 7 mil millones de toneladas en reservas de oro; 10 milmillones de toneladas de carbón;6 mil millones de toneladas de bauxita.

Posee coltán (electrónica) y torio, para energías limpias. Abunda el agua. La hidroelectricidad representa 58.32 por ciento de toda la generación eléctrica. El territorio contiene abundante biodiversidad (tiene territorio amazónico.) Por su cercanía, el costo del transporte del petróleo venezolano a EU es menor que del Golfo Pérsico.

Al margen de la Constitución de EU y del derecho internacional, la criminalidad de Estado se usa y abusa para la obtención de esos recursos.

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