martes, 19 de junio de 2012

Argentina: Techo propio Por Carlos Del Frade

villa3336-12



(APe).- La Argentina sigue en la búsqueda de su propia leyenda.

La promesa permanente que dibuja el volver a ser.

Una gran herramienta política.

Un gran negocio para algunos.

Una extraordinaria expectativa para las mayorías.

Las leyendas vienen de arriba hacia abajo en el tercer milenio.

Uno de los fragmentos de aquella narración del país que ya no es hablaba del sueño del techo propio.

Había surgido con fuerza en los años cincuenta, de la mano del primer peronismo, el del voto de la mujer, la justicia social, el trabajo en blanco, la soberanía política, la independencia económica y la constitución de 1949.

Vino el golpe del 55, la persecución, las torturas, el sindicalismo complaciente, la iglesia que santificaba el desprecio y los planes del FMI.

“El techo propio” comenzó a formar parte de una quimera.

En los primeros tiempos de Néstor Kirchner, surgió la propuesta de créditos hipotecarios desde el Banco Nación que, según decía la propaganda oficial, iban a ser iguales a los alquileres que se pagaban.

No fue así. Había que pagar el triple. Fue una gran desilusión, especialmente para las jóvenes parejas que sufren la ferocidad del mercado laboral que les impone distintas formas de precarización.

Ahora, cuando las protestas sociales de varias organizaciones comenzaron a hacer sentir que los problemas en la Argentina real no eran solamente la falta de dólares ni tampoco el procesamiento de Macri como pretenden “Clarín” y los diversos medios kirchneristas, la presidencia ha tomado debida nota que los temas de la agenda social deben ser tomados por la clase gobernante.

Lo hicieron porque allí estuvieron “los marginales” de la CTA con 25 mil personas reclamando que mirasen hacia abajo, hacia la vida cotidiana de los que son más en estos arrabales del mundo.

El anuncio del Programa de Créditos Argentinos, el PROCREAR, anuncia 400 mil viviendas en cuatro años con dinero prestado de los jubilados, la plata de la ANSES, a través del privatizado Banco Hipotecario y a una tasa razonable.

No está mal que haya programas para hacer casas y que se garantice la devolución del dinero a los jubilados. Tampoco estaría mal que les paguen a los jubilados lo que corresponde.

El problema serio es por qué siempre en la Argentina los que menos tienen y más son financian a millones a los que tampoco les sobra nada, salvo necesidades.

¿Y los que tienen más y menos son, por qué no pagan más impuestos para que el estado o el gobierno a cargo del estado destine partidas para viviendas y más asignaciones supuestamente universales?

Ya hay miles y miles de anotados.

Sueñan con el techo propio. Van en busca de la leyenda del país que alguna vez fue.

Que no les roben ese sueño.

Sin embargo, siempre hay un sin embargo necesario, tan necesario como los cuestionamientos, sin embargo -decíamos- las urgencias parecen ser mayores a las promesas.

En la Argentina hay 3 millones de personas que habitan una vivienda precaria. Son el 32% del total, según una reciente investigación del Banco Interamericano de Desarrollo. De acuerdo a las informaciones, “el kirchnerismo construyó más viviendas sociales que otros gobiernos, pero la complejidad de los planes anunciados y la escasa ejecución del presupuesto para ese fin, hizo que se beneficiaran muchos menos hogares que los 500.000 incluidos en las promesas”, remarcan los datos.

¿Por qué el dinero asignado a lo social nunca es suficiente y siempre sobra para los que más tienen?

En esa pregunta reside el misterio del por qué la Argentina no es aquel país que alguna vez fue.

La geografía donde era posible el techo propio, entre otras cosas.

Donde la realidad era mucho mejor que la promesa repetida hasta el hartazgo.

Vìa:
http://www.pelotadetrapo.org.ar/agencia/index.php?option=com_content&view=article&id=7183:techo-propio&catid=35:noticia-del-dia&Itemid=106

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Archivo del blog

free counters

Datos personales

Mi foto
Malas noticias en los periòdicos, asesinatos, enfermedad, pobreza, dolor, injusticias, discriminaciòn, guerras, lo grave es que nos parece normal.

Ecologia2