domingo, 8 de abril de 2012

Uruguay: Las madres de Itazaingo y la conciencia global de los pueblos Gabriel Sánchez (Montevideo-Uruguay)


Un modelo extractivo que desmonta, desaloja, enferma y mata. (Declaración la Salud es un Derecho Humano)

Si de algo existe hoy en la humanidad conciencia colectiva, es que el sistema ha instrumentalizada la vida, toda la vida, de tal manera que esta aparece como algo de poco valor y que el valor máximo ante el que se inclinan las dinámicas institucionales ya sean políticas o económicas, incluso aquellas que tienen que ver con el Estado y sus fines primarios, como asegurar la salud, la vida humana, son hoy atropellados por el supremo valor que es la renta del capital y ante esto, no hay limite…
En este contexto de la humanidad, un sin fin de personas, organizaciones y multitudinarias expresiones de los pueblos, hoy están dispuestos a dar la pelea para devolver a la vida de todos los seres de la naturaleza, lo que obviamente incluye la vida humana la primacía en los valores, aquello tan repetido y que parece para algunos haber perdido todo sentido, tanto que el poder, el acumular, la riqueza…son más importante que la vida humana misma…
En esta dura lucha entre las dinámicas del sistema capitalista neoliberal y la vida humana, nos encontramos hoy con una terrible realidad que nos muestra un acontecimiento aparentemente local, pero que de alguna manera, nos muestra una dinámica global del actuar del sistema…Es en la hermana República Argentina, en la provincia de Córdoba, va comenzar un juicio comenzado por las Madres de Ituzaingo, pero para entender la situación y el porque del juicio y el porque de una carta que a manera de adhesión solidaria al reclamo de estas “madres” se nos invita adherir, es necesario realizar el conmovedor relato de la situación, que llama a lo que Marcos llamaría la digna RABIA…
Vamos a recurrir a pagina 12, para que nos haga conocer el acontecimiento del que reflexionamos…
“Las madres de Ituzaingó, Córdoba, bajaron a Buenos Aires. Desde hace más de un año y medio, este grupo de mujeres viene desarrollando una lucha que empezó con un comentario casi casual: “¿Por qué hay tantos chicos con cáncer en este pueblo?”. Las madres investigaron, recurrieron a las autoridades, no hallaron respuesta, fueron a los medios de comunicación, movilizaron al barrio, sacaron a la luz un explosivo cóctel de contaminantes: el PCB de los transformadores, el arsénico y los metales pesados del agua y la tierra, los campos magnéticos de los cables de media tensión, los plaguicidas de los cultivos de soja que llegan al borde mismo del barrio.
Lograron cambios parciales, siguieron peleando, se plantaron delante de las máquinas fumigadoras, recibieron amenazas de muerte y siguen. Juntando moneditas pudieron viajar a Buenos Aires, donde consiguieron que un grupo de diputados presentara un proyecto de ley para prohibir las fumigaciones en cultivos adyacentes a zonas urbanas. También, dialogaron con Página/12.
Todo empezó en febrero del año pasado por un comentario en una verdulería de Ituzaingó –barrio situado a sólo siete kilómetros de la capital de Córdoba, cuyos habitantes, cuando no están desocupados, no suelen ganar más de 300 pesos por mes–. “¿No te parece que hay muchos chicos con cáncer?”, le dijo a Sofía Gatica una vecina. Sí, demasiados chicos y muchos grandes estaban enfermando. Y el barrio estaba conmovido porque pocos días antes le habían diagnosticado leucemia a Brisa, de tres años: “A esa edad ya sabía andar sola en bicicleta, sin rueditas, y ahora no puede porque se agita enseguida, está peladita y tiene que estar con barbijo”, dice Rita Godoy, una de las madres.
Las mujeres hicieron un relevamiento casa por casa: había 60 enfermos de cáncer, la mayoría concentrados en Ituzaingó-Anexo, la zona más humilde del barrio, que tiene 5000 habitantes en total. Entonces, escribieron una nota donde pedían un estudio del agua corriente y, también, del PCB de los transformadores eléctricos, “porque mucha gente del barrio se quejaba de que el agua era mala y porque los transformadores cada tanto explotaban y había un aceite que caía al suelo”, explican.
La nota la presentaron en el Ministerio de Salud de Córdoba para que la leyera el ministro, pero “no la leyeron, la archivaron… ¿cómo es que se dice?”. Cajonear, se llama eso. Pero “en abril del año pasado, los chicos que tenían cáncer se enfermaron, además, de gastroenteritis”, y las madres, hartas de esperar, fueron a la tele: “En Canal 12 nos propusieron ir en vivo: todo el barrio salió a la calle y, al día siguiente, el ministro de Salud nos recibió”. Ese mismo día, EPEC (Empresa Provincial de Energía de Córdoba) retiró los transformadores chorreantes.
A partir de esa batalla, el grupo empezó a reunirse todos los sábados “y la gente del barrio empezó a tomarnos como referente”. Por ejemplo, “cuando a los vecinos con cáncer les cortaban el tratamiento en el hospital porque ‘no hay insumos’, como dicen siempre, nos venían a ver, nosotras llamábamos a los medios y los medicamentos aparecían”.
La mayoría de las madres del grupo tienen chicos con problemas: cánceres, asma, parálisis recurrentes; algunas han tenido chicos fallecidos al nacer por malformaciones; algunas están ellas mismas enfermas; también hay alguna que está sólo por solidaridad barrial.
Los análisis del agua de los tanques domiciliarios y del suelo –todas las calles del barrio son de tierra– señalaron la presencia de arsénico, cromo y plomo: la presión de las madres logró que el barrio fuese incorporado a la red de agua de la capital, pero, cada vez que se levanta viento, el polvo contaminado de las calles vuela a los pulmones.
Y los problemas no terminaban ahí. Se detectaron fuertes campos magnéticos –de probable acción cancerígena– procedentes de líneas de media tensión. Además, Ituzaingó es una península urbana rodeada en tres de sus lados por cultivos de soja, y los plaguicidas de las fumigaciones llegan a las casas y a la gente. Las madres consiguieron que el Concejo Deliberante cordobés prohibiera la fumigación, pero los agricultores incumplían. Vuelta a reclamar y el gobierno cordobés puso vigilancia las 24 horas, pero “cuando fumigaban, la policía nunca estaba; por el ‘cambio de guardia’, decían. Empezaron a fumigar de noche. Los policías decían que no podían entrar porque ‘es propiedad privada’ y hasta porque, decían, no tenían lapicera para anotar”.
Una noche, las madres se metieron en el cultivo; una de ellas tuvo que retirarse por un ataque de asma al acercarse a la máquina humeante; a las demás, los fumigadores las recibieron con palos. La fumigación cesó por un tiempo, pero Sofía Gatica, la única que tiene teléfono, empezó a recibir amenazas, y una vez un desconocido entró en su casa con un arma de fuego.
Los médicos que el gobierno provincial envió para evaluar la situación avalaron los temores de las madres de Ituzaingó. Pero, según ellas, esto tuvo un precio para los profesionales: “Dos de los médicos tuvieron que renunciar y a otro lo despidieron”.
Las mujeres temen represalias a partir de su viaje a Buenos Aires, y “por eso, dejamos todo organizado por si nos pasa algo”, cuentan.
Los reclamos pendientes de las madres son: “Medicamentos para nuestra gente y tratamiento continuo de cada persona enferma”; “Un sistema de trenzado en los cables de media tensión para reducir los campos magnéticos”; “Una franja de protección de cuatro kilómetros para proteger de los agroquímicos”; “Que quiten el PCB y los agroquímicos de las calles, aunque más no sea poniendo una capa asfáltica”.
En su viaje a Buenos Aires (“Tuvimos que hacer una rifa para costearnos, moneda sobre moneda, los pasajes en micro”), las mujeres se entrevistaron con representantes de la Defensoría del Pueblo de la Nación –cuya intervención quedó asegurada–, plantearon el tema en las secretarías de Medio Ambiente y de Derechos Humanos y hablaron con legisladores. Luego de escucharlas, los diputados Mario Cafiero, Alicia Castro y Atilio Cazzioli presentaron un proyecto de ley que prohíba la fumigación “a menos de 2500 metros de zonas o ejidos urbanos”. *
Esta cadena de injusticias, realizada por autoridades provinciales y por el poder de los soyeros, nos muestra un desolador panorama, la soya en el mercado hoy cotiza mucho más alto que la vida humana y todavía la falta de medicamentos necesarios para combatir las enfermedades, que no sólo afecta a Argentina, la persecución a los médicos, la policía sin lapicera y (va por mi cuenta- con algún peso más en el bolsillo), podría casi ser un relatos de muchas partes de Latinoamérica…Y la lucha tenaz, de esta madres de Ituzaingo, contra la corrupción y desidia oficial, contra las políticas agrarias, contra el poder de la patria soyera, contra el gran capital, defienden la vida de sus hijos y al hacerlo defienden la vida humana, claro que detrás de esta terrible situación hay mucho más…oscuridad, venalidad y el gran capital y sus dinámicas de la muerte operando…cebándose contra la vida de niños de tres años, sacrificados en el altar del de la acumulación y la riqueza de las oligarquías soyeras…
La lucha de esas enormes y valientes mujeres, fue creciendo y llevaron el terrible y desgarrante situación a la justicia… “Las fumigaciones en barrio Ituzaingó llegan a juicio La Cámara 1ª del Crimen estará cargo del debate oral. Están imputados dos productores agropecuarios y un piloto de avión. La causa se inició en 2002 y pasó por varias instancias judiciales.
Por primera vez en Córdoba llegará a juicio oral una causa en la que están imputados dos productores agropecuarios y un piloto de avión por fumigación clandestina con plaguicidas peligrosos en campos aledaños a barrio Ituzaingó Anexo.
El debate oral estará a cargo de la Cámara 1ª del Crimen y será uno de los primeros que llevará adelante el año próximo este tribunal.
Los acusados llegan a juicio tras una investigación que sustanció el fiscal de Instrucción del Distrito 3, Turno 6, Carlos Matheu, que luego fue confirmada por la Cámara de Acusación de Córdoba.
Entre los acusados se encuentran los productores agropecuarios Jorge Alberto Gabrielli y Francisco Rafael Parra y el comerciante y piloto de avión Edgardo Jorge Pancello, a quienes se los responsabiliza de haber violado el artículo 58 de la Ley de Agroquímicos Nº 9164.
Gabrielli y Parra fueron acusados como supuestos instigadores del delito de contaminación ambiental con endosulfán y glifosato, mientras que a Pancello se le imputa la autoría del mismo ilícito, ya que habría sido quien tuvo a su cargo la fumigación de los campos.
La causa comenzó en 2002, cuando un grupo de madres denunció que había numerosos casos de cáncer en el barrio. Luego se constató que la zona estaba contaminada con un cóctel tóxico compuesto por PCB de los transformadores de la Empresa Provincial de Energía de Córdoba (EPEC), agua contaminada con plomo, cromo y arsénico y plaguicidas en los tanques domiciliarios.
Tras la investigación, Matheu elevó la causa a juicio pero el proceso se vio demorado luego de que el juez de Control Esteban Díaz sobreseyó a los imputados por falta de pruebas. Inmediatamente, el fiscal cuestionó los fundamentos de Díaz y apeló ante la Cámara de Acusación, que finalmente le dio la razón.
Cabe recordar que la causa adquirió repercusión nacional porque fue la primera de este tipo impulsada por un funcionario de un Ministerio Público. La contaminación ambiental es un delito previsto por el artículo 55 de la ley 24051, de Residuos Peligrosos.
Qué dice la norma
Los efectos del endosulfán y el glifosato
La norma que regula la fumigación con agroquímicos prohíbe la aplicación aérea de endosulfán o glifosato en un radio menor de 1.500 metros y de 500 metros de distancia –respectivamente–, de la población urbana, por tratarse de químicos peligrosos para la salud. En el caso de barrio Ituzaingó, de cinco mil habitantes, se detectaron casi 200 personas con cáncer y cerca de 100 ya murieron por esa enfermedad.” **
En esta situación previa al juicio que forma parte de esta lucha feroz contra las fuerzas de la oscuridad y de la muerte…que nos convoca a todos a participar, comprometiéndonos solidariamente con la lucha de estas colosales mujeres, que se enfrentan a todo el poder del sistema, exigiendo justicia, por eso el querido y entrañable portal de biodiversidadla*
Nos invita a firmar una carta dirigida a comprometernos por cambiar este “modelo de producción agroindustrial, basado en el uso intensivo de transgénicos y agroquímicos, insostenible e inviable, que avasalla derechos inalienables de nuestros pueblos, nos enferma y mata.” ***
Que es malo en Argentina y que es malo en cualquier lugar del mundo en donde se practique…los pueblos debemos tomar conciencia de esto y solidariamente impulsar creativamente gesto de solidaridad internacional que hagan sentir el peso de los pueblos en contra de este modelo homicida…por eso recomendamos especialmente leer toda la carta, para firmarla, nos parece una esclarecida concatenación de sólidos argumentos y a la vez una catarata de conciencia y solidaridad…Invitamos a todos los hermanos a Firmar y así adherirse en contra de este modelo…que prioriza la renta a la vida humana…
* http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-23912-2003-08-10.html
** http://www.comercioyjusticia.com.ar/2011/11/17/las-fumigaciones-en-barrio-ituzaingo-llegan-a-juicio/
***http://www.biodiversidadla.org/Principal/Contenido/Campanas_y_Acciones/Argentina_Declaracion_La_salud_es_un_derecho_humano_-_Firma_YA
(Información recibida de la Red Mundial de Comunidades Eclesiales de Base)

Vìa:
http://www.redescristianas.net/2012/04/07/las-madres-de-itazaingo-y-la-conciencia-global-de-los-pueblosgabriel-sanchez-montevideo-uruguay/

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