Aquello de que suenan los tambores de guerra
o que ya se escuchan las orugas de los tanques de guerra
,
en la actualidad no tiene mucho sentido para describir el ambiente de
tensiones políticas entre los jefes de Estado de diversos países, entre
los cuales figuran, como es natural, en primerísima línea, Estados
Unidos (EU) y Rusia. Por lo que se refiere a las mayores potencias
europeas, en estos momentos, tan complicados, no se perciben los
estertores que hemos calificado de prebélicos, porque todo lo que se
sabe de ellos está más bien referido a los otros estertores igualmente
ensordecedores que éstos, los de la crisis económica sumamente grave por
la que pasan, ciertamente con grandes dificultades, por supuesto
Grecia, que según parece ha sido el mecanismo disparador de la crisis
más grande y más profunda de los últimos tiempos, sin paralelo en la
historia del continente europeo, de Francia, Gran Bretaña, España y
Alemania, especialmente.
Tal parece que estas naciones miembros de la Unión Europea (UE), la
cual parece ser liderada en estos momentos por Alemania, o por lo menos
así lo fue, hasta antes de que el presidente de la nación germana
tuviera que ser desplazado, dejando a la señora Angela Merkel en difícil
situación, que vino a sumarse a la ya de suyo grave respecto a los
esfuerzos que venía haciendo la canciller por mantener unida a la UE y
al euro con la fuerza que hasta poco antes venía mostrando, pero que se
llegó incluso a temer por la disgregación de la organización, tan
estable como una pirámide hasta que Grecia puso a prueba su sólida
estructura, aparentemente irrebatible.
Luego se mezcló con las noticias alarmantes de la crisis económica,
el conflicto con Irán, cuyo presidente Majmud Ajmadineyad, se ha
mostrado inflexible en cuanto a su programa de producción de uranio y de
plantas nucleares, y el propio presidente Barack Obama, de EU, llegó al
punto de advertir, con carácter amenazante, la intervención de la gran
potencia, cuya hegemonía unipolar ha venido a retar Vladimir Putin,
quien en su campaña para asumir nuevamente la presidencia de Rusia habló
en un gigantesco mitin en el estadio Luzhniki de Moscú, donde proclamó:
somos un pueblo vencedor, lo llevamos en los genes
, y afirmó:
no permitiremos que se inmiscuyan en nuestros asuntos internos; no permitiremos que nos impongan su voluntad
.
No dijo el primer ministro, aspirante a ocupar la presidencia durante
otros seis años, explícitamente a quién iba dirigido su discurso, pero
es claro que lo dijo para que se escuchara en EU, donde el presidente
Obama está igualmente en campaña para relegirse, compitiendo, no
solamente con los otros aspirantes, sino también, como líder de la gran
potencia, con la Rusia de ahora, estableciéndose, de lograr Putin el
triunfo para el mismo cargo en su país, una vez más en la historia, la
guerra fría entre
las dos potencias mayores del planeta, en una situación muy semejante a
la que prevaleció con la Unión Soviética. Así, se configuraría
nuevamente una hegemonía bipolar, en un panorama global que no sería
esta vez de carácter únicamente ideológico, como en los años de la
posguerra hasta la caída del muro de Berlín, sino que ahora se
disputaría el dominio geopolítico, con un fondo que iría hasta el
subsuelo de Rusia y sus aliados, es decir, hasta los yacimientos de
petróleo y de gas, donde Rusia lleva una ventaja visible, que deriva de
la imperiosa necesidad de EU de importar 10 millones de barriles del
energético diariamente, en números redondos, para satisfacer la demanda
creciente de su desarrollo industrial y de su ciudadanía.
Además de Medio Oriente y el conflicto en marcha Irán-Israel, y
otros países del Islam que seguramente se verían igualmente
involucrados, está en juego ya ahora mismo la guerra civil que se ha
desatado con rapidez asombrosa en Siria. En la inteligencia de que su
vecindad con Israel en el norte, en la frontera que se integra con los
enormes acantilados que bordean el mar de Kineret por el oriente, y las
colinas que se denominaron durante la Guerra de los Seis Días contra
Egipto, de Al-Magore, que quiere decir, sin miedo en el corazón, donde
se dio una de las batallas más importantes contra las fuerzas sirias,
que mostraron mucho más capacidad y combatividad que los egipcios.
En estos días se desplegó la violencia sin límites dentro de Siria
misma y creo que es muy difícil prever los alcances que esta guerra
civil tendrá muy rápidamente, a juzgar por la gran velocidad con que se
ha desarrollado. La muerte del periodista Anthony Shadid, de
The New York Times,
The Washington Post,
The Boston Globe y
de Associated Press –quien cubrió por dos décadas del conflicto en
Medio Oriente, que fue asesinado a los 43 años, ganador en dos ocasiones
del Premio Pulitzer– es muestra de ello.
En EU, dos senadores republicanos, considerados
senior, John
McCain –Arizona– y Lindsey Graham –Carolina del Sur–, ambos del Comité
de Servicios Armados, afirmaron en ruta al Medio Oriente que el gobierno
estadunidense debiera apoyar incluso con armamento a los rebeldes que
combaten al gobierno sirio, presidido por Bashar Assad, ya que de esta
manera, en la opinión de los senadores mencionados, se podría debilitar
también al gobierno de Irán, afirmando asimismo que también Rusia, está
proporcionando armas al gobierno de Assad. Las armas podrían
proporcionarse, dijeron los senadores, mediante la Liga Árabe y de
países del tercer mundo
(Alissa Rubin,
NYT).
De última hora, el
NYT (Steven Berlanger, París) anunció la
suspensión de embarques de petróleo de Irán, a Gran Bretaña y Francia,
lo que sería considerado una respuesta inicial de Irán a la decisión de
la Unión Europea de recortar los embarques de importación del
energético, provenientes de Irán, así como la de congelar los fondos en
el banco central, empezando en julio. Todo lo cual habrá de complicar
las cosas y también alejará las posibilidades de una salida negociada
con Majmud Ajmadineyad.
Fuente,vìa :
http://www.jornada.unam.mx/2012/02/27/opinion/018a1pol