lunes, 11 de julio de 2011

Mùsica : Sonidos de La Habana...por Alonso Arreola

Sonidos de La Habana
Hace trece años nació el Buena Vista Social Club. Hace un lustro perdió fuerza. Cuatro de sus miembros emblemáticos murieron (Compay Segundo, Rubén González, Cachaíto e Ibrahim Ferrer) y los que quedan cada vez actúan menos. Desde aquel monumental proyecto impulsado por Ry Cooder, Juan de Marcos, Wim Wenders y Nick Gold, Cuba se ha alejado del candelero de la música mundial. Claro, se sabe que en la Isla radican grandes compositores y que su importancia no desaparecerá nunca, pues mucho antes de ese boom hubo otras eras doradas con Benny Moré, el Trío Matamoros o el Sexteto Habanero, por no mencionar a trovadores como Pablo y Silvio. Hoy, empero, quitando a los Orishas y Los Van Van, Cuba es uno de los países que más “ocultan” su sonido; ciudades como La Habana están desconectadas por el bloqueo, políticas internas y el gusto externo hacia su world music, ésa que ya no las representa pues también generan pop, rap, jazz y rock.
Para empezar están los grupos que tocan en restaurantes y bares complaciendo a turistas europeos, asiáticos y latinoamericanos (aunque cada vez haya más estadunidenses circulando por las calles del Vedado y la Habana Vieja). Significativos en la cotidianidad, en estos conjuntos casi siempre hay una mujer tocando la flauta. Su repertorio va del “Chan chan” al “Son de la loma”, sin riesgos, aprovechando las capacidades de canto que suelen tener todos sus integrantes, varios egresados de escuelas clásicas. La dotación es básica, además de la flauta: contrabajo, tres cubano, percusiones y guitarra, y llama la atención que la mayoría toca con una convicción que va más allá de la obligación. Vaya, es fácil que conmuevan si se tiene un guarapo (bebida de caña con ron) en la mano.
Es preferible cualquier agrupación de éstas a lo que cada vez suena con mayor fuerza en la radio habanera: el peor reggaetón, el de Wisin y Yandel, dioses de una juventud que cada vez rinde más culto a las marcas de ropa y teléfonos celulares, aunque a veces no tenga dinero para cubrir necesidades básicas; aunque no cuente con internet, ni Twitter, ni Facebook, ni Messenger (lo que tiene algo de bueno pues todos los fines de semana se lanza al Malecón para reunirse cara a cara, beber y tocar la guitarra). Esto ha afectado hasta a las llamadas Casas de Música, que solían presentar salsa en vivo y que hoy se inclinan por la superficialidad comercial.
A pesar de todo, debemos decirlo, hay espacios como el bar del Hotel Florida, en la calle de Obispo, donde se pueden escuchar proyectos representativos de lo nuevo que suena en La Habana. No hay que confundirlo con el Floridita, conocido por sus daiquirís y su pasado, albergando las tertulias de Hemingway. Éste es otro. Abierto por iniciativa de Pablo Milanés y sus tres hijas cantantes (Lynn, Suilén y Haydée) a través del sello pm Records, es un recinto acogedor con escenario y equipo aptos para noches de jazz o cantautores. Allí vimos al tremendo pianista Rolando Luna –integrante del Buena Vista tras la muerte de Rubén González–, quien se presentó a trío con Michael Olivera (batería) y Gastón Joya (contrabajo), dos talentos menores a los treinta años cuya vida profesional es de las más ocupadas en la ciudad. Destaca sobre todo Gastón, con una musicalidad, personalidad y fraseo que lo llevarán muy lejos. Ahora está por girar en Canadá con Ernán López Nussa.
Un día después, en el mismo sitio, escuchamos a m. Alfonso con su disco Señales; joven cantautora que, al lado del extraordinario tecladista, bajista y guitarrista Esteban Puebla, supo honrar la estirpe de sus padres Carlos Alfonso y l. Valdés, así como de su hermano x. Alfonso, todos integrantes del mítico Síntesis, grupo al que más tarde escucharíamos al oeste de la ciudad, yendo hacia Miramar, en El Sauce, un club tipo playero en el que se presentan conjuntos de diversos géneros. Sin duda otro espacio para conocerse; tanto como el Bertolt Brecht, bueno para vislumbrar una vena más rockera de La Habana.
Foro de teatro durante la tarde, en su club nocturno bajo tierra conocimos lo que hace Tesis de Menta, grupo que mezcla el repertorio de dos discos propios más una selección de covers entre los que destacan Pink Floyd, Led Zeppelin y los Beatles. Liderados por los notables Roberto Perdomo (guitarra, voz) y Beatrix López (voz), su último álbum, Fragmentos, fue producido por el mentado Esteban Puebla quien, según supimos, tendrá un disco debut el próximo año, lo que celebrará en el legendario paladar La Guarida (sí, el de la película Fresa y chocolate).
Como ya dijimos, lo malo es que los músicos mencionados no se escuchan con facilidad fuera de Cuba, a menos, claro, que solicite nuestro lector(a) alguna muestra, sin pena, a este humilde escribano. Eso sí, los discos de Síntesis están disponibles en todo México. Entre ellos la reedición de El hombre extraño hecho al lado de Silvio Rodríguez en 1992. Hasta pronto, caballeros y caballeras. 

Fuente, vìa :
http://www.jornada.unam.mx/2011/07/10/sem-alonso.html

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