sábado, 9 de julio de 2011

España : Dos horas y 40 personas para parar un desahucio ..Por Patricia Simòn. Fotos. Javier Bauluz .


Portal del afectado por el desahucio mientras la policía 
intenta entrar en el edificio (Javier Bauluz / Piraván)

El movimiento 15-M de Gijón había convocado la mañana de ayer una pitada ante algunos bancos de la ciudad para protestar por su “avaricia y su responsabilidad en la crisis que vivimos”, en palabras de una de sus participantes. A esa misma hora, Ángel T. P. acudía a los juzgados de la ciudad para comprobar si la solicitud de aplazamiento del desahucio de su vivienda había sido aceptada. La orden de desalojo era para las doce y media de esa misma mañana así que, al no encontrar respuesta, se fue, con pocas esperanzas, a pedir ayuda al puesto de información permanente que el 15-M ha establecido en la plaza del Ayuntamiento. Gracias a las redes sociales y a la coincidencia con la protesta que estaba celebrando en esos mismos momentos, apenas una hora más tarde unas 40 personas ocupaban las escaleras de su edificio y el portal para impedir, por primera vez en Asturias, un desahucio.
Ángel T. P. vive en la vivienda reclamada por el Banco Pastor junto a su mujer y sus dos hijos de 10 y 19 años. Cuenta que los problemas económicos empezaron hace un año, cuando se quedó sin trabajo y empezó a no poder pagar algunas de las cuotas de la hipoteca de 108.000 euros que había contratado y que, con los gastos, terminó convirtiéndose en 180.000. Su vivienda fue subastada pero, como tantas decenas de miles en el país, fue asumida por el banco ante la falta de comprador. Sin embargo, sin entrar en mayores detalles, explica que en las últimas semanas ha conseguido reunir parte de la dinero endeudado e ingresarlo en su cuenta, pero que el banco ya no está interesado en paralizar el desahucio.
Dos miembros del 15-M de Gijón escuchan al representante 
del Banco Pastor y al portavoz de la policía local (Javier Bauluz /Piraván)

Tanto el representante de la entidad bancaria, como el cerrajero -contratado para cambiar la cerradura tras la expulsión- y los policías locales que le acompañaban parecían sorprendidos ante la comitiva que le esperaba en el edficio. Poco después llegaban varios furgones con una decena de policías nacionales, así como más agentes de la policía local.



Tras varios minutos de negociación con el portavoz de la policía local, que pedía subir a la vivienda para conversar con los propietarios, finalmente fue Ángel T.P. quien desde una distancia de un metro y medio escuchó cómo el policía le comunicaba que el desalojo se suspendía “por hoy pero que seguía teniendo el problema”. Y añadía: “a ver si encuentran un sistema mejor para solucionar este asunto”. Los aplausos retumbaban por el eco de la escalera y los abrazos amortiguaban la incredulidad de los participantes de que hubiera sido tan fácil, aparentemente.
Estos hombres y mujeres empiezan a conocerse las caras después de tantas manifestaciones y concentraciones. Pero vienen de profesiones, ámbitos de interés e, incluso, ciudades distintas. Ahora hablan entre ellos, se despiden cariñosamente y se emplazan hasta el siguiente. Porque también lo han coreado: “El siguiente lo vamos a parar”.
Miguel Ángel, encargado de los desahucios del 15M de Gijón desde esa misma mañana, explicaba visiblemente abrumado tras la cancelación temporal de la orden judicial, que ya tienen previsto impedir otro que tendrá lugar en las próximas semanas. “Se trata de un caso muy distinto, de mobbing inmobiliario.Una mujer mayor y su hija, las últimas inquilinas que quedan en un edificio adquirido por una constructora que pretende echarlas para derribar el inmueble y construir uno nuevo”. Mientras conversa con nosotros, le van pasando teléfonos con periodistas de diversos medios y él suspira mientras intenta asimilar que una familia sigue teniendo un techo bajo el que vivir. Al menos, un día más.
El mes de la rebelión contra a los desahucios
El 15 de junio el movimiento que había nacido justo un mes antes se sumaba a la Plataforma de afectados por las hipotecas (PAH) para impedir, por primera vez, un desahucio en Madrid como parte de su estrategia de expansión tras retirarse de la Puerta del Sol. Cientos de personas se concentraron en las escaleras, el portal y la calle del edificio de Anuar, un ciudadano de origen libanés que había tenido que cerrar su panadería como consecuencia de la crisis y había terminado ahogado entre la hipoteca y el préstamo que su banco le había ofrecido y él aceptado. El desahucio fue pospuesto y el fenómeno de impedir pacíficamente los desahucios se disparaba.





Ciudadanos participantes en la acción contra
el desahucio en Gijón (Javier Bauluz / Piraván)




Veinte días más tarde Anuar no ha recibido ninguna nueva comunicación de su banco. Tanto él como Chema Ruiz, miembro de la PAH de Madrid, confían en que hasta después del verano no se vuelva a reactivar la orden de desahucio. Mientras, el recurso interpuesto por Anuar contra la voluntad del banco sigue su curso, a la vez que trabajan para conseguir que los Servicios Sociales pongan a su disposición una casa de protección oficial. Anuar resopla emocionado cuando por teléfono recuerda qué sintió cuando cientos de personas se interponían entre su hogar y los que venían a ejecutar la orden de arrebatárselo. “Antes de ese día me encontraba muy mal… Pero es que es gracias a todos ellos que todavía seguimos en nuestra casa. A ver si más gente se anima a pedirnos ayuda -a la Plataforma- y conseguimos dar una solución justa a este problema”. Anuar participa activamente en las actos contra otros desahucios que organiza la PAH.
El número de familias que ha perdido su vivienda por procedimientos de desahucio marcó un récord histórico en los tres primeros meses de este año. Más de  15.000 familias perdieron su hogar, un 36,3 por ciento más que en el mismo período del año anterior. En periodismohumano, contamos cómo surgió el movimiento en Barcelona de la mano de un grupo de ciudadanos que veía cómo uno de los efectos más evidentes de la crisis financiera mundial y laboral en España, donde se ha alcanzado la cifra de cinco millones de desempleados, iba a imposibilitar a millones de ciudadanos hacer frente a las carísimas hipotecas que habían contratado durante los años de la burbuja urbanística.
Hasta el 15 de junio, la Plataforma de Afectados por las hipotecas habían conseguido paralizar una docena de desahucios en Catalunya. Desde la asunción de esta batalla como propia por parte del 15-M ya son medio centenar los desahucios evitados, más de dos por día. Y no sólo de hipotecados, sino también de víctimas del ‘mobbing’ inmobiliario (propietarios o constructoras que presionan para echar a inquilinos de renta antigua), o incluso, a familias que han ocupado viviendas de protección oficial vacías, como ha ocurrido esta semana en una localidad sevillana.
La dación en pago y la sustitución de las cuotas hipotecarias por rentas de alquiler asequibles son dos de las propuestas que la Plataforma defiende desde sus inicios y que han sido aceptadas en los dos últimos desahucios impedidos en Madrid. Al mismo tiempo, el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, Francisco Javier Vieira, ha declarado sentirse preocupado y que “tenemos que buscar mecanismos para evitar que no se cumplan las sentencias“. Aunque asumió que “tenemos que buscar fórmulas para el amparo y que reduzcan las injusticias”. Varias personas implicadas en la lucha contra los desahucios se han mostrado preocupados por la política que se pueda adoptar contra sus acciones a partir de septiembre.
Mientras, cada día son más los desahucios a impedir anunciados en la web de la Plataforma. El método empleado y prácticamente infalible hasta el momento: bloquear el acceso a la vivienda con la sola presencia física y de manera pacífica. Como ha demostrado el caso de Gijón, hasta ahora ni siquiera se ha necesitado un alto número de participantes, ni tiempo para organización, ni coordinación con otras plataformas. Sólo estar cuando hay una llamada de auxilio y apretarse los unos contra los otros.

Fuente, vìa :
http://periodismohumano.com/economia/dos-horas-y-40-personas-para-parar-un-desahucio.html

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