La traicionera y acelerada lengua del presidente chileno, nuevamente
ha dejado a la ciudanía estupefacta. Su falta de criterio, su incultura y
su arrogancia, lo han hecho presa una vez más de la hilaridad y
reprobación internacional.
Cuando el pasado 7 de febrero, en un acto cívico en la comuna de San Joaquín, en Santiago, expresó que, “estamos a pocos días de celebrar
el primer aniversario de, sin duda, la tragedia, y el terremoto y
maremoto más devastadores que haya experimentado nuestro país en su
historia”, su cerebro mercantil, debe haber estado pensando en
alguna ganancia personal experimentada en esa fecha, porque de lo
contrario, nadie, con un poco de sentido común se habría referido en
esos términos a una catástrofe que costó 523 vidas, 24 personas aún
desaparecidas y dejó cientos de heridos y 253 mil damnificados.
El
mandatario parece confundir el verbo celebrar -acto que implica
festejos y aplausos- con conmemorar, que significa recordar o hacer
memoria de un hecho o de una persona. Las tragedias se conmemoran, los
muertos se lloran, y las victorias o buenas noticias se celebran, así
como los actos religiosos.
¿Será que Sebastián Piñera pretende
festejar el aumento de un 19,4% de la pobreza en Chile, según la
encuesta CASEN (Caracterización Socioeconómica Nacional), y que
representa un total de 3 millones de pobres en el país? O quizás quiera
regocijarse con el daño parcial o total del 17,3% de las viviendas del
país, luego del terremoto.
El 27-F no fue el peor cataclismo
en los anales de esta geografía, si ha sido sin embargo, el más
mediatizado producto del progreso en las comunicaciones.
El
presidente parece haberse olvidado de las clases de historia en el
colegio, o nunca le enseñaron la triple catástrofe que el 21 y 22 de
mayo de 1960, estremeció a gran parte del país: dos terremotos y un
maremoto se llevaron entonces la vida de dos mil personas y dejaron dos
millones de damnificados.
Chile, es una nación sísmica, y a lo
largo de su historia ha sufrido los ajustes de la corteza terrestre, ha
palpado el sabor salado de los maremotos y ha soplado las cenizas
volcánicas de sus entrañas, pero jamás los chilenos han celebrado estas
calamidades. Sí se han puesto de pie, se han dado la mano y se han
ayudado. La naturaleza caprichosa los ha unificado en el dolor y los ha
hermanado en la esperanza.
Este 27 de febrero recordarán a sus
familiares y amigos, harán misas en memoria de los difuntos, y
reclamarán con justa razón también por las promesas incumplidas por
parte del gobierno.
Y usted señor Piñera, ¿qué pretende celebrar?
Fuente, vìa :
http://www.kaosenlared.net/noticia/senor-pinera-pretende-celebrar-27-febrero
http://www.kaosenlared.net/noticia/senor-pinera-pretende-celebrar-27-febrero
No hay comentarios:
Publicar un comentario