Sobreexplotación, causa
principal: La población marina chilena se encuentra en peligro. En
documentos entregados por la Subsecretaría de pesca se informa la gran
disminución de recursos marinos debido, principalmente, a la
sobreexplotación industrial y su pesca de arrastre.
En Chile, la actividad pesquera está regulada por la ley Ley N° 18.892, de 1991, conocida como Ley General de Pesca. Diez años después de su promulgación, fue modificada por la llamada ‘Ley corta’, impulsada por la administración de Ricardo Lagos. El ex presidente, en su mensaje a la Cámara de Diputados
para el inicio del proyecto de la reforma, señalaba que la legislación
anterior había fomentado “la explotación irracional de los recursos
pesqueros; la exagerada sobreinversión en esfuerzo de pesca; la política
extractiva de los recursos, absolutamente contraria a un desarrollo
armónico que optimice las ventajas comparativas del país y la
inestabilidad laboral, con empleo temporal y gran inseguridad social”.
Paradójicamente, estas modificaciones a
la ley de pesca fomentaron exactamente lo que en el discurso se
pretendía erradicar. La situación actual en los mares es la expresión
más pura del descontrol industrial sobre los mares. 50% menos de
biomasa; entre un 70 y un 80% de pescadores artesanales desempleados,
arrojados a actividades secundarias como la recolección de huiro con una
tasa de mortalidad altísima; y un virtual “desierto azul”, son solo
algunas de las consecuencias más inmediatas de la pesca industrial y su
arte particular, la pesca de arrastre.
Esta reforma, la ley N° 19.713,
fue la consolidación del proceso de privatización de los recursos
marinos, monopolizando los accesos para las grandes industrias en
detrimento directo de las pesqueras artesanales. Además, legalizó
nocivas prácticas para los recursos hidrobiológicos como el descarte y,
especialmente, el arte de arrastre, principal responsable de la
desertificación de suelo marino ya que no discrimina en el momento de la
extracción, matando población joven o desovante e interrumpiendo ciclos
enteros de reproducción.
EL SISTEMA DE CUOTAS Y LA DRÁSTICA CAÍDA EN LA POBLACIÓN HIDROBIOLÓGICA
En el 2001, año inaugural de las modificaciones a la ley de pesca, comenzó a operar el sistema de Límite Máximo de Captura por Armador,
LMCA, el cual asigna una cuota tope de toneladas que pueden extraer las
pesqueras. Esta asignación está formulada bajo informes técnicos
entregados por la Subsecretaria de Pesca al Consejo Nacional de Pesca,
CNP, entidad que fija un número determinado de toneladas que pueden ser
extraídas anualmente por los sectores industriales y artesanales. A su
vez, la Subsecretaría encomienda la elaboración de estos informes al Instituto de Fomento Pesquero
(Ifop), quienes son los técnicos detrás de la investigación de los
recursos marinos. La aplicación de estas cuotas, sumada a un marco
regulatorio más estricto, prometían detener la extracción irracional por
parte de las pesqueras industriales.
Sin embargo, hace algunas semanas la
Subsecretaría de Pesca dio a conocer en un informe la condición real de
los recursos marinos tras la aplicación de las modificaciones a la ley
de pesca. La situación distaba bastante de las optimistas proyecciones
de la reforma. El drástico descenso en la captura de las pesqueras es
reflejo de un abrupto decaimiento en la biomasa marina, en donde en los
últimos años las pesqueras ya no extraen ni la mitad de lo que las
cuotas indican.
El propio ministro de Economía, Juan Andrés Fontaine,
describió la situación como “crítica”. “La sustentabilidad de los
recursos a largo plazo está en riesgo, debido principalmente a la
sobreexplotación. Existen casos críticos como el del jurel, la raya y el
congrio dorado, que amenazan con desaparecer. Es la hora de hablar con
la verdad. Hay que reducir drásticamente las cuotas globales de las
pesqueras si es que queremos conservar los recursos marinos”, sostuvo
Fontaine.
El jurel, el recurso
más importante en el país en términos de volumen de captura, se
encuentra en condición de sobreexplotación aguda que amenaza incluso con
su agotamiento, poniendo en riesgo el sustento de 10 mil trabajadores
directos. A pesar de esto, el CNP sigue decretando grandes cuotas para
su extracción. De hecho, para el 2009, dictaminó una cuota en un 87%
superior a la recomendada por el Ifop.
“En las deficiencias del manejo pesquero
reveladas en este informe, se encuentra una de las principales causas
del agotamiento del jurel en las aguas de la zona económica exclusiva
chilena. Creemos que es indispensable una reducción significativa de la
cuota global anual de jurel que, al menos, sea consistente con lo
recomendado por el Ifop al respecto”, señaló Alex Muñoz, director ejecutivo de Océana, ONG que lucha por la defensa de los recursos marinos.
“LA RESPONSABILIDAD ES DE LOS INDUSTRIALES”
Para Cosme Caracciolo, secretario general de la Confederación Nacional de Pescadores Artesanales de Chile, Conapach,
los responsables están claros: “Los industriales son los culpables de
esta catástrofe, basta pensar que los recursos que ellos más explotan
son los que están en condiciones críticas. Por ejemplo el jurel, que en
un 95% es trabajado por las grandes pesqueras, es uno de los más
afectados. En cambio, la sardina, que en mayor medida es trabajada por nosotros los artesanales, está en parámetros normales”, insiste el dirigente.
“La autoridad pesquera no da ni un pez
sin que sea acordado por el Consejo Nacional de Pesca, el que es
dominado por los propios industriales y sus empleados. Entonces,
deberíamos analizar cuál es el rol de este Consejo que decide cuál va a
ser la cuota y que mayoritariamente está integrado por quienes reciben
esas cuotas… es como dejar a los conejos cuidando las zanahorias… pero
conejos con dientes de tiburón”, argumenta el pescador e incipiente
político de San Antonio.
Para los pescadores artesanales, la
lucha está enfocada en la próxima discusión de la ley de pesca que vence
el 2012. “Los artesanales queremos que se nos devuelva, por ejemplo, el
100% de la sardina y anchoveta, parte de la cual fue
asignada al sector industrial, sobre la base de sus penetraciones
ilegales a las cinco millas de reserva artesanal”, afirma Caracciolo,
“pero finalmente, nuestro norte es que los industriales se vayan de los
mares”, para dejar espacio a que no conviertan en un desierto el fondo
submarino.
Por Sebastián Fierro Kalbhenn
El Ciudadano N°92, primera quincena diciembre 2010
Fuente, vìa :
http://www.elciudadano.cl/2011/01/01/mariscos-y-peces-del-mar-chileno-en-riesgo-de-extincion/
http://www.elciudadano.cl/2011/01/01/mariscos-y-peces-del-mar-chileno-en-riesgo-de-extincion/
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